Hermano

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— ¡LOUIS!
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Despertó. 

Se sentó en la cama rápidamente, sentía su respiración agitada y algunos mechones de pelo pegados a su frente debido al sudor. 

— Otra vez esa maldita pesadilla. 

Murmuró con fastidio al mismo tiempo que llevó una mano a su frente para despejarla de los molestos mechones sudados, giró un poco su cabeza hasta posar su vista en el gran ventanal de la habitación, notando las cortinas corridas que dejaban entrar un poco de luz.

Con un suspiro se levantó, colocándose sus pantuflas y caminando hasta llegar al ventanal, observó con detenimiento la vista que le otorgaba el anillo de la pereza, con sus colores pasteles y todo ese ambiente tan relajado.

Escuchó la puerta abrirse y los pasos que se adentraron, suponía que era su asistente quien venía a despertarlo.

— Su majestad, buenos días, espero que haya descansado.

La sorpresa en la voz de la demonio era evidente y es que él no era alguien de levantarse por si solo.

— Dime los planes del día.

La demonio asintió y dirigió su vista al cuaderno donde llevaba el itinerario del otro.

— A las 9:00 tiene una reunión con el comité de medicina, solicitan más financiamiento para poder arreglar algunos hospitales y costear algunos medicamentos.

Chasqueó su lengua con fastidio, esas ratas habían pedido lo mismo hace menos de 6 meses, ¿cómo carajos se terminaban los fondos tan rápido?

— A las 12:00 tiene un almuerzo con su excelencia, Belfegor. 

Asintió, por supuesto que tendría que almorzar de nuevo con su tío, había sido así desde que llegó hace poco menos de un año después de posponer su búsqueda.

Su ceño se frunció inconscientemente, se sentía frustrado consigo mismo, ya habían pasado más de 6 siglos sin saber nada de él, lo último que supo fue de un rastro que apareció repentinamente hace 7 años, aquel que los impulsó a ellos a irse en su búsqueda y llegando (de nuevo) a un callejón sin salida. 

— Después del almuerzo solo debe revisar y firmar unos documentos y tendrá todo lo que resta del día libre, señor.

Asintió sin mucho ánimo, observaba a algunos imps y demonios caminar sin ninguna preocupación, como tenía que ser, los Hellborn, su verdadero pueblo, ellos no deberían preocuparse más allá de algunas cosas básicas como pagar sus cuentas o ir a trabajar para sustentarse a sí mismos y a sus familias, esa tranquilidad era por la que él, su padre y… Louis, velaban, ¿por que Charlie no podía entenderlo? ¿Por qué ese afán de salvar a las almas insalvables?

— Dime, ¿hay algún avance sobre ese asunto?

— Me temo que no, señor, todos los datos que hemos recolectado no llevan a ningún lugar.

La demonio bajó la cabeza con frustración después de terminar de hablar, se sentía como una inútil al no poder avanzar en la búsqueda en la que ellos tres se habían enfrascado hace ya tantos siglos.

— ¿Cómo va el proyecto de Charlotte? ¿Hace cuánto es que empezó?

Salió de sus pensamientos al escuchar la pregunta del príncipe, volviendo a su expresión seria.

— Ya lleva 1 semana desde que su hermana comenzó con su proyecto, señor y escuché que la princesa dió una entrevista en el 666 News, me temo que los resultados no fueron buenos. — Dió una hojeada rápida a su bloc de notas donde había escrito toda la información que tenía que ver con la hermana menor del príncipe. — Según nuestras fuentes confiables, la princesa lleva a cabo su proyecto en- 

Secrets of a Royal FamilyWhere stories live. Discover now