Regaño

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— ¡¿En qué estabas pensando?!

Charlie solo bajó la cabeza y apretó con fuerza la tela de su pantalón, volvía a sentirse como una niña pequeña, recordando como su hermano la regañaba cuando hacía alguna de sus travesuras.

Solo que esta vez, su travesura le costaría la tranquilidad y confianza de su gente.

— No, espera, es cierto, ¡NO ESTABAS PENSANDO!

El demonio mayor comenzó a caminar por la habitación como león enjaulado, frotaba el puente de su nariz en un intento de tranquilizarse pero no parecía estar funcionando.

Estaba furioso.

— ¡¿Por qué carajos aceptaste ir, Charlotte?! 

— Papá me lo pidió…

— ¡Hubieras dicho que no! ¡Tú no estás lista para este tipo de responsabilidades!

La princesa frunció el ceño y su agarre en su pantalón se hizo más fuerte.

— No es como que ustedes me den muchas oportunidades para tratar de cumplir mi parte… ¡Y~yo se que puedo! Si tan solo me ayudas yo…¡Yo se que pue-

— Cierra la boca.

Su boca se cerró ante el tono del mayor, pudo notar como su apariencia demoníaca se manifestaba un poco, ahí supo que su hermano estaba muy enojado.

— Tus intentos de ayudar sólo empeoran las cosas, ahora tendremos revueltas por parte de esos malditos pecadores.

Caín gruñó y se frotó el rostro antes de soltar un suspiro lleno de hastío y volver a su apariencia normal poco a poco.

— Ya tengo suficientes problemas y ahora vienes y me haces esto, ¿es que no puedes quedarte quieta y sin estorbar por solo cinco minutos?

La rubia se tenso al escuchar aquellas palabras dirigidas a ella, sintió tantas ganas de llorar, siempre había sido así, su hermano siempre le decía este tipo de cosas y era algo que no podía entender.

¿Por qué su hermano parecía odiarla tanto?

Ambos se quedaron callados, una tratando de mantenerse fuerte y no dejar mostrar cuán afectada estaba por esas palabras y el otro simplemente pensaba en todo el papeleo que tendría que hacer para intentar calmar todo el desastre que había hecho su querida hermanita.

Pasaron los minutos y Caín finalmente se dignó ver a su hermana, notando su postura tensa, la conocía tan bien que apostaba que se estaba aguantando las ganas de llorar. Suspiró y rascó su cabeza algo incómodo, podía sentir cierta pizca de culpabilidad, tal vez debió dejar que su hermana se explicara antes de regañarla.

Lo meditó unos segundos y suspiró con cierta vergüenza, desviando su mirada para evitar mirarla.

— Hey Charlotte… lame-

— ¿Desde hace cuánto existe este hotel?

Aquella pregunta lo tomó por sorpresa, se calló y miró a la menor con sus ojos abiertos en grande.

— Disculpa, ¿qué fue lo que dijiste?

— Este hotel, ¿qué tanto lleva existiendo?

Frunció el ceño, ¿a qué venía esa repentina curiosidad?

— ¿Por qué preguntas eso?

Charlie medito lo que diría, recordaba lo dicho por Adán, el hecho de que estaba tan dispuesto a aceptar la idea del hotel y de hablar sobre un supuesto “lote”.

— En la reunión… Adán aceptó la idea del hotel.

— ¿Ah sí?, supongo que eso es bueno para ti, ¿no? ¿Por qué no estás feliz?

Secrets of a Royal FamilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora