Sangre, Sutura y Secretos.

Capitulo 2

Olivia

Pasar diez horas interminables de vuelo, al lado de Tiff, debe ser considerado el mayor logro de todos y deberían tenerme en cuenta para el premio nobel de la paz ya que no la asesine en todo ese tiempo, es increíble la paciencia que pude llegar a tenerle sus quejas fueron interminables en todo ese tiempo, lo único bueno es que por fin aterrizaremos, estas fueron desde, ¿porque los lugares eran tan chicos?, hasta el ronquido del pasajero de enfrente, en ese si la apoye, solo por el hecho de que no me permitió disfrutar bien de las cosas que traje para hacer que las horas sean llevaderas, los regaños de Amalia tampoco ayudaron mucho, ¿es que todavía no entiende que Harper es un espíritu libre? Se la paso coqueteando todo el viaje con un chico que se sentó a su lado.

Ya estoy imaginado el encabezado de las noticias, joven doctora asesina a sus amigas en pleno vuelvo a Grecia, en sus primeras vacaciones en cuatro años. Sí, ya puedo verlo empapelado por todas partes, y publicado en toda red social, no puedo creer que sea el inicio y ya estoy deseando matarlas, las amo eso nadie lo pone en duda, pero esto supera todo pronóstico. Solo espero que todo vaya bien una vez estemos en tierra, y que todas puedan hacer lo que les gusta, porque de no ser así, este viaje será un fracaso total.

El haber traído un libro para poder disfrutar fue algo que no duro mucho pues los ronquidos del pasajero de adelante no colaboraron, ni hablar de la lista de reproducción que arme para el vuelo luego de unas horas ya no quería escucharla más.

La lectura en digital no me molesta y no es impedimento para disfrutar de una lectura, pero vamos quien no ama el olor a libro. El poder tocar cada una de las páginas y sentir que eres parte de la historia. Ese era mi propósito al traer este libro y poder con eso sobrellevar las horas, pero todo se vio interrumpido por el grupo humano que me rodeo, de no haber sido así, podría haber terminado este libro en un instante.

Lo único bueno de todo esto es que la tortura se termina y estamos próximos a aterrizar.

- Pasajeros del vuelo 543 con destino a Atenas. Les habla su capitán, quería informarles que estamos prontos a aterrizar, favor de enderezar sus asientos y abrochar sus cinturones, y Bienvenidos a Grecia.

Oh por dios no lo puedo creer, el pecho me palpita en anticipación voy a cumplir uno de mis sueños la ansiedad de conocer el lugar que más amo en el mundo me provoca que quiera gritar de la emoción.

No puedo contenerme más - En cuanto lleguemos, debemos ir a conocer la Acrópolis, o el Partenón o la Ágora de Atenas. Dios no sé por cual decidirme. – mis palabras se atoran por decirlo todo tan rápido.

Mi compañera de asiento no piensa lo mismo que yo, puedo ver su frustración - Tranquila niña, primero iremos a registrarnos al hotel y tomar un buen baño, estar diez horas aquí es una tortura. - Tiff trata de calmarme como ella sabe hacerlo, restándole importancia y anteponiendo su malestar, hay veces que quiero ahorcarla.

- Ay Tiff, dime que no mueres por recorrer esos lugares, son históricos. – quizás solo sea yo la que sienta la emoción de visitar esos lugares

- Si, pero muero más por un buen baño. – no hay con quedarle, ella es así, no puede evitarlo nos conocemos desde chicas y ha sido su forma de ser siempre, no le agradan mucho las actividades que la hagan sudar o que implique que deba estar encerrada, en este caso diez horas.

Sonrió por qué ella es así, obsesiva con la limpieza y sobre todo con la suya, sé que fue una tortura para ella estar todo este tiempo aquí.

Las ruedas tocando suelo firme me haces saber que ya estamos oficialmente en Grecia, solo debemos esperar unos minutos más para poder bajar.

La azafata que acudió a nosotras muy amablemente cada vez que Tiff la llamo informa que ya podemos descender del avión, por una cuestión obvia de evitar la horda de personas agolpadas y apuradas por hacerlo primero nosotras decidimos esperar a que lo hagan para de esa forma no corree el riego de ser empujadas, ya estamos en Grecia, debemos disfrutar de cada instante, aunque eso signifique tolerar el amontonamiento.