Capítulo 5

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Nikita

No pude evitarlo, verla con Stefano movió a los demonios que hay en mi.

Estuve apunto de ir a matar al maldito. Y eso me convertiría automáticamente en hombre muerto.

No solo por su gente, sino que el mismísimo Alek Itchenko se encargaría de mi. Si bien no son especialmente amigos con De Filippis, se mantienen en una especie de limbo o tregua como quieran decirlo.

Ninguno ataca a menos que el otro lo inicie.

Las voces casi se apoderan de mi, ni el haber fumado tres cigarrillos ayudó a calmarlas.

Solo quedaba una cosa por hacer, la locura más grande de todas. Pero ella puede hacerlo, es como la domadora de bestias.

El solo entrar en su espacio y que su aroma penetrara mis sentidos fue suficiente. Todavía no entiendo que es todo esto, ¿que está pasando conmigo?.

Su tacto en mi rostro de nueva cuenta me generó una calidez que no se como explicar, y mi pecho se aceleró tanto que por un instante tuve la duda de no estar a punto de tener un infarto.

El que se preocupara por mi hizo que soltara el aire que no sabia estaba conteniendo.

Le advertí que se alejara de Stefano, pero no se si hará caso a lo que digo. Parece ser una mujer que no sabe seguir las instrucciones, y que no le teme mucho a nada. Y eso me quedó claro al conocerla en un callejón.

Mi número lo anote ese día en la Colina, al menos espero que me llame si tiene algún inconveniente.

- Debo conseguir dulces. - siento que no están del todo tranquilas las voces y eso también consigue mantenerlas en control. Por eso me encantan los dulces.

- ¿Donde te habías metido? - Leonid es el primero en preguntar.

- Solo fui al baño.

Itchenko ni siquiera me mira, sigue con sus cosas.

Los hombres con los que debíamos reunirnos ya están sentados con él.

Por más que quiero no puedo quitarme de la cabeza su tacto y su aroma, es cálido y muy dulce.

Pero lo que más me sorprende es que desde el primer día no lo sentí de una manera en que quiera llevármela a la cama.

La preocupación en su tono parecía genuina, como si en verdad le importara que haya recibido atención médica.

Las voces de los hombres junto a mi se oyen lejanas, solo hay una en mi cabeza, suave y muy delicada. No quiero que se vaya de ahí. Esa logra callar al resto y es relajante, por primera vez en mucho tiempo se fueron.

Pero mi paz se ve interrumpida por un golpe en la cabeza que hace que la incline hacia adelante.

- Que demonios, quien mierda fue. - mi queja se corta cuando observo a Alek a mi lado. Con los brazos cruzados y miradnome muy serio.

- Lo que sea, que este cruzando por allí. Que sea en tu tiempo libre. Tienes trabajo. - asiento sin decir nada.

- Vigila a Stefano. No me fío de sus movimientos. Y menos teniendo a los inversionistas aquí. Esa rata si tiene la oportunidad buscará joder mis cosas.

No hace falta decir más, hago una señal a mi equipo y salimos la zona vip del club.

Los hombre no demoran en seguir las  órdenes que doy, pero hay algo que  personalmente lo hare yo, y sera vigilar al maldito. Cada uno de sus movimientos siempre fueron muy bien calculados. Y a mi no va a joderme. Algo se trae entre manos.

Sangre, Sutura y Secretos.Where stories live. Discover now