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Narra Paige

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Me desperté por el sol que iluminaba todo el lugar. Me olvidé totalmente de cerrar las cortinas.

Ayer estaba en mi sesión espiritual, estaba pintando y tomando algunas fotos para subirlas a instagram pero me quedé dormida.

Solo recuerdo que mi sueño fue interrumpido por Felipe quién me vino a visitar en la madrugada.

Siento su robusto brazo en mi cintura y con cuidado me salí de éste, él solo murmuró algo inentendible para luego volver a dormir.

Entré al baño, atendí mis necesidades, luego me lavé la cara y los dientes, agarré una toalla, mi ropa interior y una remera que rozaban mis rodillas.

Entré de nuevo al baño y me adentré a la ducha. Las gotas caían sobre mi piel, llevándose consigo cualquier rastro de sueño.

Cuando termine, me puse la remera y salí del baño.

Y para mi sorpresa Felipe ya se había levantado, la cama estaba tendida y en ella estaba él leyendo un libro.

- ¿De dónde sacaste eso?- pregunté, aquel libro lo estaba buscando. Juré que me habían robado.

- Ni un "Buenos días"- respondió burlón - Estaba debajo de tu cama-

- Pensé que me habían robado- susurré - Buenos días por cierto- me burle.

- Buenos días, cariño- dijo con una voz varonil, perfecto para que cualquier chica caiga redondito.

Yo solo le sonreí y para qué mentir, estaba muy nerviosa.

- Te ves adorable sonrojada- éste me quiere matar...

- No me digas esas cosas, Pipe- dije - Te recuerdo que no somos nada-

- Por ahora- completó en un susurro pero yo alcancé a oírlo.

- ¿Cómo?- me hice la desentendida con una sonrisa burlona.

- No nada- me sonrió mientras se levantaba y caminaba hacia mí - Nos vemos luego, tengo que hacer algunas cosas- agarró un mechón rebelde y lo puso atrás de mi oreja, se inclinó un poco besando suavemente la comisura de mis labios para luego irse.

Definitivamente me quiere matar...

Felipe es el hombre ideal.

Alejé mis pensamientos de Felipe para darme cuenta que eran las 9:30 de la mañana, abrí el closet y saqué un short y me lo puse.

Sinceramente a este punto me da pereza hasta de cambiarme.

Bajé las escaleras y me encontré a Fran, lo saludé y él copio mi acción.

- Che, gordis. ¿Sabés dónde está Felipe?-

- No, pero me dijo que tenía algunas cosas que hacer- respondí.

- Ah- alargó la vocal - Bueno, lo voy a buscar. Si quieres ahí hay ensalada de fruta- dijo apuntando un recipiente tapado.

- Gracias, Fran- vi como él subía las escaleras así que yo me fui a servirme un poco de ensalada de fruta.

Con mi comida ya servida me senté en el sofá mientras revisaba algunas de mis fotografías que hice ayer.

Eran demasiadas, algunas estaban borrosas, supongo que fue por el sueño que tenía. Sin embargo, algunas me quedaron hermosas.

Feelings | Felipe OtañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora