Epílogo

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Narrador omnisciente

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Los años pasaron...
































































Felipe y Paige estaban más que bien, y la familia había crecido.
















































































A su vez, más aprendizajes obtuvieron...







































































































-¡MAMÁ!- gritó la niña de seis años.

- ¿Qué pasó, amor?- dijo Paige suavemente mientras veía a su hija haciendo pucheros.

- Adrian pisó mis zapatitos- expresó cabizbaja mientras veía con lástima sus zapatillas blancas.

- Lo volvemos a limpiar y listo, Maddison- la madre agarró un pequeño trapito y empezó a limpiar las zapatillas de su hija.

Maddison es una niña hermosa, ojos celestes como el mar, pecas inundaba su cara, y su pelo rubio ondulado caía como cascada sobre sus hombros.

- Son cordones blancos...- susurró aún con el puchero en sus labios.

- ¡GOOOOOOOOOL!- se escuchó un grito al unísono proveniente de la sala.

Y segundos después una pequeña figura se acercó a Paige.

- ¡GANO RIVERS, MA!- festejó Adrian, mellizo de Maddison.

Adrián es un niño físicamente igual a su hermana, ojos celestes, pecas por toda su cara. Pero lo único en donde se diferencian ambos era en su pelo, rubio pero rizado.

- Ese es mi hijo- susurró el padre con una sonrisa en la cara.

- Felipe, se supone que ya debería estar listo para el almuerzo- lo regañó su esposa.

- ¡Adrián!- lo llamó su padre.

- ¿Pa?-

- A cambiarse porque vienen los tíos a comer- ordenó.

- Dale papá- hizo berrinche - ¡Ya estoy listo!-

- Estar en calzoncillos y con la remera de rivers no es estar listo para el almuerzo- dijo Maddison mientras se reía.

- ¿Querés que te pise de nuevo?- la retó.

- Chicos- habló Paige de manera autoritaria.

- Lo siento, mamá- respondieron ambos en un unísono.

Cuando Adrián se fue a cambiar, Maddison se acercó al animal que descansaba cómodamente en su cama.

Ella le acariciaba el pelaje, pero él se inmutaba. Le dio su juguete favorito pero no reaccionaba.

Feelings | Felipe OtañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora