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Me dí una última mirada en el espejo antes de salir. Stelle quién estaba en su cama me dió una mirada.

-¿Vas a salir?- asentí- ¿No es demasiado para bajar al restaurante a cenar?

Miré mi atuendo.

-¿Crees que es demasiado?

-Yo bajaría en jeans- comentó.

Había operado por ponerme los pantalones de vestir y una blusa no tan formal. Según yo, me veía casual.

Suspiré mientras le daba una sonrisa, tome mi bolso y baje a encontrarme con Max en el bar de hotel.

El chico estaba sentado en una de las mesas cerca a la entrada. Levanté mi mano en modo de saludo.

El chico saludo de la misma manera y camino a mi lado. Menos mal que Max no usaba jeans, si no me hubiera sentido como una tonta en estos momentos.

-¿Lista?

-Lista- respondí.

Caminamos hacia la salida, Max saludo a un par de fanáticos antes de que trajeran su carro.

-Estuve buscando lugares y creo que encontré uno que te encantará- comentó cuando empezó a conducir.

-¿Está permitido que salgas en días de carrera?

-No, pero vamos a tomarlo como una salida laboral.

-Oh okay...

Max me dió una mirada rápida, le sonreí.

-¿De verdad tenías planes con Patrick?

-No en realidad.

-Entonces, ¿No querías salir conmigo?

-En realidad quería hacerlo, pero ya sabes...

-En realidad no sé- me miró de reojo.

-Alice habló conmigo, ¿De acuerdo? Y realmente no quiero distraerte de la competencia.

Max se rió.

-Eso es absurdo Mimi, debió haberlo dicho en broma.

-No lo creo, en verdad me pareció que lo dijo con seriedad- se detuvo en un semáforo.

-Pues está equivocada, quizá creyó que era enserio porque pedí que te transfiera aquí, pero eso sí que lo dije en broma.

-¿En verdad lo pediste?

-Bueno sí, quizá no lo dije en broma como tal, pero me alegra verte en el garage.

-Es bueno estar de vuelta- comenté con una sonrisa.

El restaurante se miraba de esos lugares a los cuales mi padre nos prometería llevarnos en navidad a mis hermanas y a mi.

Max me miró confundido antes de entrar.

-¿Sucede algo? ¿Quieres ir a otro lugar?

-Oh no, no, yo solo... está bien, el lugar es perfecto- respondí.

El chico asintió. Nos llevaron a la mesa reservada al otro lado de los comensales, era un área privada.

Un camarero nos trajo una carta.

-Lamento decirte esto, pero no puedo beber alcohol- dijo el ojiazul- Pero adelante, si deseas pedir una copa no hay problema.

-Descuida, no andaré con tentaciones esta noche.

La boca de Max se abrió un poco pero no dijo nada, el chico carraspeó.

-Lo siento, ¿Quieres que ordene por los dos?

So It Goes... (M.V)Where stories live. Discover now