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—Saldremos hoy en la noche, si es que no estás muy cansada, ¿lo ves bien?— Preguntó Momo.

—Síp, no hay ningún problema, ¿a dónde iremos?

—A un arcade, tengo bastante tiempo que no voy, tal vez en los días cuando éramos trainees con Sana, supongo que has ido a alguno antes.

—Realmente nunca he ido, en esos días solo me enfocaba en bailar y cantar, casi no salía.—Dijo apartando los ojos de Momo, y colocándolos en el piso, recordando esos días donde solo se enfocaba en su trabajo y no disfrutaba tanto con sus compañeras.

—Entiendo, pues esta vez irás conmigo. —Respondió con una sonrisa de par a par.

———

Ya eran las siete de la noche, ambas se encontraban listas para salir así que salieron en el coche de Jihyo, Momo puso el GPS en su celular e iniciaron su cita. La coreana no duró mucho en extender su mano hacia la japonesa, para así tener sus manos entrelazadas el resto del viaje.

Sus outfits no eran muy sobresalientes, e incluso tenían gorras para que no sea tan fácil reconocerlas, estarían en un centro comercial así que lo mejor sería que no las reconocieran para evitar multitud.

Al llegar al sitio, disfrutaron de la estética de este,  porque además de verse como un arcade, tenía muchos personales icónicos de videojuegos, hasta referencias a estos con pequeños detalles en la decoración.

Después de esto se dirigieron a escoger juegos, de los cuales Jihyo ganó en su mayoría, como juegos de mortal kombat, matar zombies con pistolas, y un montón de juegos más, aunque la excepción fue my guitar hero, ya que ninguna de las dos supo cómo jugarlo, hasta que llegaron al juego de baile, en donde pasaron todos los niveles, llegando hasta el difícil, siendo este como un tipo de nivel extremo para los mortales.

Estás quedaron con una puntuación similar, siendo este el primer juego que quedan empate de todos los otros jugado. Quedaron totalmente exhaustas, teniendo que sentarse para recuperar el aliento, incluso habían sudado por el esfuerzo.

—¡Dios, esto parece un juego de la muerte!—Exclamó Jihyo, echándose aire con la mano.

—¿Verdad que sí?

—¿Qué tal si en vez de ir al gym venimos aquí? Siento como si acabara de hacer una hora de cardio.

—Jihyo, tenemos bastante con ensayar las canciones casi todos los días, ¿acaso quieres matarnos?

Esta solo se río, sabiendo bien claro que no hablaba en serio, es mucho trabajo bailar casi diario más los pilates o el gym.

—Vamos a descansar un poco y después comer, ¿te parece?—Preguntó después de terminar de reírse y casi sacarse una pequeña lágrima de la mejilla.

—Claro que sí, ya me dio hambre después de todo esto.

Salieron del arcade y se dirigieron a una tienda común para disfrutar de un ramyon con soju, en donde disfrutaron de este. Después se fueron a su residencia, Jihyo propuso subir al techo, diciendo que quería ver un poco el cielo antes de dormir, así que subió una manta. Al llegar se acostaron en ella, y empezaron a apreciar el cielo y la hermosa luna. Al pasar del tiempo, Momo se percató de algo.

—¡Wao! ¿Viste eso? Parece que están cayendo algunos meteoros. —Exclamó, mientras señalaba el fenómeno.

—Parece una lluvia de meteoros, es la primera vez que veo una. —Admitió con una mirada fija al cielo, junto con una sonrisa de lado.

—¿Qué tal si pedimos un deseo? Son "estrellas fugaces" así que tenemos muchos deseos que pedir. —Propuso con una hermosa sonrisa en su cara, volteando la mirada para ver la expresión de Jihyo.

—¡Vamos a hacerlo! —Respondió sin más.

Ambas cerraron sus ojos y pidieron sus deseos, la primera en abrirlos fue Momo, observando a su coreana, para preguntarle qué habría pedido desde que habrá los ojos.

—¿Qué pediste? —Soltó.

—¿No se supone que si lo cuentas no se cumple?—Cuestiono señalándola con el dedo índice.

—Vamos, estoy segura de que se te cumplirá. —Dijo casi haciendo un puchero y ojitos de súplica.

Jihyo se tomó unos segundos para poder contestarle, sentía que las palabras no querían salir de su boca, pero igualmente la miró directamente a los ojos y...

—Pedí que algún día seas mi novia, así que, me preguntaba si... ¿quieres ser mi novia, Momo? —Finalmente preguntó lo que tenía días pensando y analizando, nerviosa por la dicha respuesta.

—¿En serio?—Preguntó sorprendida, tal vez por ser algo tan inesperado, además de que era ella quien quería hacer la propuesta.

—Súper en serio, Momo.

—Pues mi respuesta es un sí, estoy muy loca por ti, por si no te diste cuenta. —Respondió riéndose y mirándola fijamente a los ojos, unos ojos llenos de alegría y amor, estos brillaban junto a las estrellas fugaces.

—Ufff, que bien se siente sacarlo del pecho, bueno, sacarlo y que me digas que sí obviamente.—Bromeó.

—¿Y tú? ¿Quieres ser mi novia? Jihyo. —Preguntó con sus ojitos tiernos.

—Por supuesto que sí, eres una en un millón para mí.

Momo's towel  ^Mohyo^Where stories live. Discover now