capítulo 5: No quieres huir Theon

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El frío se filtraba a través de las grietas en las paredes de Invernalia, envolviendo a Theon en una manta de desesperación. Sus dedos, apenas visibles bajo el trapo empapado, ardían como brasas. El agua helada de la cubeta parecía haberse infiltrado en su piel, congelando cada centímetro de su ser. Pero no había tiempo para lamentarse. Myranda observaba con ojos afilados mientras él luchaba por limpiar los pisos de la gran sala.

Habían pasado diez días desde que Ramsay lo había dejado al cuidado de Myranda. Diez días de humillaciones, castigos y tareas agotadoras. La omega parecía deleitarse en su sufrimiento, encontrando cualquier excusa para azotarlo o burlarse de él. Y ahora, con el invierno en pleno apogeo, las tareas se multiplicaban. Limpiar los establos, las salas, las habitaciones; servir vino a los señores. Theon apenas tenía tiempo para ver a su hijo, que lloraba al no tenerlo cerca.

Theon se esforzaba por borrar la suciedad, pero cada vez que creía haberlo logrado, Myranda aparecía para encontrar un nuevo defecto. Y ahora, la patada que había enviado la cubeta volcada había convertido su trabajo en una farsa. El agua sucia se esparcía por el suelo.

Myranda se acercó "Te falta limpiar aquí, Reek", dijo con desprecio, señalando un rincón oscuro. Theon apretó el trapo en sus manos, sintiendo la ira burbujear dentro de él. Pero antes de que pudiera reaccionar, Myranda lo detuvo. "¿Crees que eres importante solo porque Ramsay te ha tomado en su cama y has dado a luz a su hijo?" Su voz era un látigo, cortante y cruel. "Eres un bastardo insignificante, nada más que la mascota de mi alfa.

Antes de que Theon pudiera responder, la voz de Roose Bolton resonó detrás de Myranda. "Es suficiente", dijo el Señor de Invernalia.

"Mi señor. Ramsay me dijo que si era necesario castigara a su mascota" Myranda se excuso con una mentira.

Los ojos de Roose se posaron en las manos rojas y temblorosas de Theon. "La mascota de Ramsay aún alimenta a mi nieto. Si él enferma, el niño también lo hará". La amenaza estaba implícita, y Theon sintió un escalofrío recorrer su columna vertebral.

"Termina la limpieza, Reek", ordenó. "Y asegúrate de abrigarte adecuadamente. No quiero que mi nieto sufra por tu negligencia".

Theon asintió, sintiendo la mirada de Myranda clavada en su espalda.

Roose observaba en silencio mientras Theon continuaba limpiando los pisos. Myranda se había retirado, pero sus feromonas aún estaban presentes.

Theon apretaba el trapo con fuerza, sintiendo la humillación arder en su pecho.

"Theon", susurró Roose, su voz tan gélida como el viento que soplaba a través de las ventanas rotas. Theon se estremeció al escuchar su antiguo nombre. "Mi hijo Ramsay te ha tomado bajo su protección, pero eso no te hace especial". Roose se acercó, sus ojos azules escudriñando el rostro demacrado de Theon. "Sin embargo, hay algo que debo decirte".

Theon levantó la mirada, sus ojos encontrándose con los de Roose. "¿Qué es, mi señor?", preguntó con cautela. Había aprendido a medir cada palabra en presencia de los Bolton.

"Tu hijo", dijo Roose, "el pequeño bastardo, se parece mucho a mi hijo fallecido, Domeric Bolton". La mención de Domeric hizo que el corazón de Theon se encogiera había oído mucho sobre Domeric. "No se parece en nada a Ramsay", continuó Roose. "Domeric era un niño tranquilo, reflexivo. Tenía los mismos ojos azules que tú hijo"

Theon tragó saliva. "¿Cómo era Domeric?", preguntó, incapaz de contener su curiosidad. "¿Cómo era su actitud?".

Roose se recostó contra la pared, suspirando. "Domeric era inteligente, más inteligente que Ramsay. Pero también era frágil. No tenía el instinto salvaje de su hermano. Era un niño enfermizo, siempre luchando contra la fiebre. Pero tenía una sonrisa dulce, como la de su madre".

El Vínculo Forjado en el Dolor [Thramsey] Where stories live. Discover now