El Vínculo Forjado en el Dolor [Thramsey]

capítulo 6: Lo que haria por ti(capítulo nuevo)

Theon no podía creer lo que estaba pasando. Había planeado esta noche durante mucho tiempo, la noche en la que finalmente escaparía de Ramsay con Sansa. Pero ahora, su cuerpo le estaba traicionando. Sus manos temblaban, las piernas le flaqueaban y sudaba profusamente.

Quería a Ramsay, una verdad que le resultaba repugnante admitir. Con ambas manos, rasguñó su cuello en el lugar donde Ramsay había dejado su marca, una herida profunda que aún dolía. Recordaba las palabras que las omegas solían decir cuando era niño, que ser marcado por un alfa era un honor, un privilegio que simbolizaba que ese alfa pasaría el resto de su vida con ese omega. Pero para Theon, estar en celo era lo peor de ser un omega, aparte de la marca.

Solo había entrado en celo una vez antes, cuando concibió a Domeric con Ramsay. Desde esa vez, nunca había vuelto a tener su celo. Pero ahora, en la peor noche posible, su cuerpo le estaba fallando.

Theon sabía que no quería pasar el resto de su vida con Ramsay. Y sabía, en lo más profundo de su ser, que Ramsay se cansaría de él tarde o temprano y lo mataría. Porque esa era la única forma de romper el vínculo entre ellos. Si Ramsay mataba a Theon, podría marcar a otro omega.

El estampido azote en la puerta resonó en la habitación, sacando a Theon de sus pensamientos. Cuando levantó la vista, vio a Ramsay cubierto de sangre, el resultado de su última cacería. Su cabello largo y oscuro caía sobre sus hombros, y con una mano todavía cubierta por un guante, acercó su nariz al cuello de Theon.

"Hueles bien", murmuró Ramsay, su voz ronca y con intenciones ocultas. Se acercó a Theon, sus ojos azules brillando con un deseo incontrolable. Pero antes de que pudiera tocarlo, su expresión cambió. La ira se reflejó en sus ojos al darse cuenta de la verdad. "¿Qué demonios significa esto, Reek? ¿Por qué estás en celo?".

Theon tragó saliva, sintiendo un nudo en su garganta. No podía mentir. No a Ramsay. "Lo necesito", susurró, su voz temblorosa. Si estaba en celo, significaba que no estaba esperando un segundo bebé. "No puedo evitarlo. Pero no estoy esperando un bebé. No lo estoy", dijo Theon con un hilo de voz.

Ramsay gruñó, sus dedos apretándose en puños. A través del vínculo que compartían, Theon podía sentir la ira de Ramsay. La marca en su cuello palpitaba, un recordatorio constante de que era de Ramsay, marcado y atrapado en esa maldita habitación.

"¿No estás esperando un bebé?", susurró Ramsay, su aliento caliente en la piel de Theon. "Entonces, ¿qué sentido tiene todo esto? ¿Por qué debería seguir soportándote?".

Las palabras de Ramsay retumbaban en su cabeza, "¿Por qué debería seguir soportándote?". Theon no sabía qué decir, cómo responder. Solo sabía que tenía que convencer a Ramsay de que todavía era valioso, de que todavía tenía algo que ofrecer.

"Pero... olvido el deber de los hijos hace mucho tiempo, mi señor", dijo Theon. Lentamente, comenzó a deslizar su ropa, revelando un cuerpo cubierto de cicatrices, todas ellas cortesía de Ramsay. Tomó una de las manos de Ramsay y la llevó a sus cicatrices. "Usted me desea. Lo ha hecho desde que fui entregado a usted y por eso no quiere dejarme. Y seguirá tomándome".

Ramsay parecía sorprendido, como si estuviera viendo a un fantasma. Pero no era un fantasma, era Theon Greyjoy, el alfa que una vez fue y que ahora era su omega.

"Reek", murmuró Ramsay, su voz apenas audible. Su mirada se fijó en las cicatrices de Theon, recorriendo cada una de ellas con sus ojos. Luego, lentamente, levantó la vista para encontrarse con la de Theon. Había algo en su mirada que Theon no había visto antes. No era deseo, ni ira, sino algo más profundo, algo que Theon no podía identificar.

Ramsay soltó la mano de Theon y se alejó, caminando hacia la ventana. Miró hacia fuera, hacia la oscuridad de la noche. Luego, sin volverse hacia Theon, dijo: "Siempre has sido mío, Reek. Desde el momento en que te entregaron a mí, siempre has sido mío".