James y la familia Winston

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De camino a casa bajo una noche completamente y con la fotografía de una hermosa chica con la que posteriormente tendría una sita la noche siguiente me hacía sentir cada gota de éxtasis inyectada en mi cerebro. Podía sentir como su sonrisa me hacía olvidar todos mis anteriores malos momentos en el amor, cada vez que intentaba tener algo con una mujer siempre acaba mal y siempre terminaba sabiendo el final de la película antes de que acabara, pero con Martha no logro ver el final, pero si el principio de algo que puede por fin salir bien. Después de una hora conduciendo llegué a casa, Bill uno d ellos guardias de seguridad de mi casa abrió el enorme portón de hierro que está a la entrada de mi casa.

- Buenas noches señor James - dijo estando al lado del portón abierto mientras ponía su mano en su gorra negra y la bajaba un poco en señal de saludo.

Avanzo en coche hasta llegar al frente de la puerta de la casa, me bajo y Dann otro guardia de seguridad dice:

- Buenas noches señor James, ¿ha tenido un buen día de golf hoy?

- Ya creo que si - sonrío sutilmente.

- Me alegra saber eso, ¿Volverá a salir o llevo su auto al garaje?

- Puedes guardarlo por hoy - camino hacia la puerta de mi casa.

- Está bien - entra a mi coche encendido y conduce hasta el garaje que esta a unos cincuenta metros de la casa.

Abro la puerta, entro y mi madre viene bajando las escaleras que dan a la segunda planta de la casa.

-James Alfred Winston ¿Qué horas son estás de llegar a casa? - me dice con una voz firme y talantes.

- Lo siento mucho mamá, estaba con los chicos en el club

- ¿Con los chicos en el club a estar hora?- me dice mientras sigue bajando las escaleras, mira su reloj dorado que trae puesto en su muñeca izquierda.

- Si, lo que luego fuimos a la playa - me detengo al lado de la escalera a espera que termine de bajar.

- Hemos tenido que cenar si ti, te esperamos por más de veinte minutos pero no llegaste hasta ahora.

- Lo siento mucho, no volverá a pasar, la próxima vez le avisaré si cenaré en casa - le doy dos besos.

- ¿Ah por qué piensas seguir llegando a casa a estas horas de la noche?, tu padre estaba preocupado al igual que yo. Tienes que cuidarte y no puedes salir sin seguridad, te pudieron haber asaltado o pero secuestrado - dijo pasando su mano por mi cara y sacudiéndome la ropa.

- Mamá por el amor de Dios, ya te gusto veintidós años, me sé cuidar si, no se preocupe más.

- Sé que has crecido, pero de igual manera debes de saber que tu padre es un hombre muy importante y con mucho dinero, y que cualquier sabandija estaría dispuesto a hacerte daño para sacarnos dinero.

- Lo sé, pero ya estoy mayor y me sé defender muy bien solo, y además soy joven y necesito divertirme con mis amigos ¿está bien?

- ¡Está bien! Pero nos dices donde estarás y si volverás tarde a casa, ¿estamos?

- Está bien, lo prometo - me da un abrazo y continúa diciendo - y ahora ve a darte un baño de agua caliente por favor, hueles un poco fuerte, pero antes ve a ver a tu padre a su despacho para que esté tranquilo.

- Vale - le digo sonriendo un poco, camino hacia el despacho de mi padre.

Abro la puerta del despacho de mi padre que estaba a más de diez metros de la escalera, situado también en la primera planta justo en frente de nuestra sala de star que tiene una maravillosa vista a nuestro jardín trasero.

Pecado Original Where stories live. Discover now