Capítulo 4: Un cambio.

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Observó muy a su pesar cómo aquella criatura mutante retorcía el brazo de Aizawa y estrellaba su cabeza en el suelo con brutalidad.

Incluso cuándo al principio se las habían arreglado contra todos los villanos presentes en esa área, la interrupción del llamado Nomu en la pelea los había dejado rápidamente en desventaja.

El había sido alejado de un fuerte golpe en el estómago que lo había dejado temporalmente sin aire.

Y Aizawa había sido sometido casi de inmediato por la criatura que ahora lo mantenía al merced del que suponían era el líder.

El mismo que había semi desintegrado el brazo de su profesor, y el mismo que deseaba que no descubriera la presencia de Izuku y sus compañeros a tan sólo metros de distancia.

Esperaba que cómo el podía notar desde su lugar la desesperación y pánico del peliverde, el mismo pudiera darse cuenta de que necesitaba que se fuera de ése lugar de inmediato.

Se levantó entre tambaleos, y antes de que la criatura lo notara, encajó su puño recargado de energía en el costado de su abdomen, mandandolo a tan sólo unos miseros dos metros de distancia. Aún así, fué suficiente tiempo para poder crear una barrera protectora a su alrededor y el de Aizawa.

Ladeó la cabeza, y su rostro se encontró con los ojos de Shigaraki. Parecía tan irritado cómo maravillado.

— Nomu. — su voz sonó rasposa y amenazante. — Matalos.

Se encogió en su lugar cuándo el nombrado estrelló súbitamente los puños en su improvisado escudo. Lo hizo una y otra vez.

— Oye, serías de gran ayuda si estuvieras consiente justo ahora. — dijo en dirección a su profesor. — Si no estás muerto juro que voy a hacer yo él que te mate, Shota.

Otro golpe aún más fuerte y frenético lo hizo extremecerse. La única fuente de seguridad para ambos comenzó lentamente a quebrarse frente a sus ojos, sin importar cuánto intentara sostenerla y reforzarla.

Las manos se le quemaban cada vez que reforzaba el escudo sobre ellos. Las piernas le temblaban y los brazos le ardían.

Observó a Aizawa con tensión.

— Nos van a matar a ambos. — murmuró, con una punzada de dolor atravezandole los ojos.

All might, si es que realmente estaba en camino, tenía que llegar rápido.

El próximo golpe lo desestabilizó, haciéndo que se agachara junto a su profesor.

En su mente, algo le gritaba a si mismo que debía y tenía qué seguir resistiendo. No importaba si se destrozaba los brazos en el proceso, o si su cuerpo entero se sentía cómo si se estubiera quemando vivo. Tampoco si sus ojos dolían cómo si se los estuvieran arrancando o si sus huesos se rompían con cada movimiento que daba en un intento desesperado de salvarlos a ambos.

Por otro lado, la realidad lo azotaba con crueldad y, cómo no, realismo. No podia seguir sosteniendo aquello por mucho tiempo. Apenas sentía los brazos y estaba bastante seguro de que aquello era todo grácias al estrés y adrenalina del momento, nada más y nada menos.

Cerró los ojos con fuerza.

Le lanzó una última mirada a Izuku y sus ojos desbordados de lágrimas.

Sonrió con sutileza, de forma casi invisible.

— No veas... — su voz salió cómo si se estubiera aferrando a su garganta para quedarse ahí.

El peliverde abrió de más los ojos, justo cuándo el escudo se quebró en su totalidad. Sintió que lo escuchó, incluso cuándo sabía que era imposible.

YUGEN {BNHA X OC} |Corrección|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora