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~Café SasuHina~

CAPÍTULO: 29

«De hecho, esta parece ser una necesidad básica del corazón humano en toda crisis importante: una buena taza de café caliente»

~Café SasuHina~

—No puedo creer que te esté ayudando en esto —dijo Naruto empujando la silla de rueda de su amigo por los pasillos del hospital.

—Pensé que eras mi amigo —dijo astutamente Sasuke al momento que le indicaba por donde ir.

—¡Lo soy! —indignado Naruto lo contradijo.

—¡Cállate! —Siseó el Uchiha—. Acaso quieres que nos descubran.

—Lo siento —dijo mansamente el rubio bajando la voz a la vez que llegaban al elevador.

Una vez adentro Sasuke apretó el botón que los llevaría al estacionamiento subterráneo.

—Cuando la tía Mikoto se dé cuenta nos va a matar —habló nuevamente Naruto sin poder quedarse callado.

A ti… yo soy el paciente”, pensó Sasuke con humor.

El elevador se abrió y el estaciónamiento quedo a la vista. Naruto volvió a empujar la silla a través de los autos estacionados hasta que llegó a su carro particular. Rápidamente quitó el seguro y ayudó a Sasuke a subir en el asiento del copiloto, pero al momento de guardar la silla de ruedas no lograba cerrarla.

—¡Apúrate Naruto!

—¡Ya sé! ¡Pero no quiere cerrar, Dattebayo! —gruñó el rubio perdiendo la paciencia.

—¡Oye! ¿Qué estás haciendo? —preguntó un guardia acercándose.

—¡Naruto! Olvida la silla, vámonos —gritó Sasuke sacando la cabeza por la ventana.

Todo nervioso Naruto tropezó con la silla rallando su auto, pero no tuvo tiempo de preocuparse, rápidamente se recuperó y corrió hasta el asiento del piloto con el grito del guardia detrás de él. Con las manos temblándole intentó meter la llave en la cerradura.

—¡Naruto!

—¡No me estreses Sasuke! —Naruto al final logró meter la llave y encender el auto, en el proceso casi atropelló al guardia. El hombre lo insultó, pero al final lograron salir del hospital.

Cuando estuvieron a unas cuadras de distancia ambos jóvenes se rieron.

—Que susto pasé —dijo Naruto con una gigantesca sonrisa.

Sasuke le dio la razón con un asentimiento. Entraron en un cómodo silencio hasta que el rubio lo rompió, entablando una plática amena con su amigo y así llegaron a la cafetería y fue una casualidad que la dueña estuviera afuera limpiando una mesa.

—Oye tú —llamó Sasuke desde el interior del auto.

Tenten se irguió y miró a su alrededor hasta que su vista se fijó en Sasuke.

—¡Sasuke-san! —chilló la mujer al ver su apariencia—. ¿Estás bien? ¿Qué te pasó?... ¿No deberías estar en un hospital?

—¿Hinata está adentro? —preguntó ignorando descaradamente las preguntas de la mujer.

Tente frunció el ceño, no obstante contestó:

—Hinata-san se fue haca como veinte minutos.

Sasuke chasqueo la lengua volviendo la vista al frente.

—Ella no ha dejado de venir desde ese día —confesó Tenten al ver el semblante de Sasuke.

El corazón de Sasuke se apretó, pero aun así le dio un asentimiento a la castaña.

—Gracias. Naruto arranca.

—No hay nada que agradecer, solo lamento no saber dónde está —Tenten bajó la vista y se apartó en el momento que el coche se alejaba—. Suerte —susurró.

—¿A dónde vamos ahora? —preguntó Naruto con la vista fija en su amigo, un auto sonó su bocina logrando que volviera la vista al frente, derrapó por la carretera salvandolos de tener un accidente.

—Na-ru-to —dijo sombríamente Sasuke, con el corazón latiendole a toda marcha. El recuerdo del accidente aun estaba fresco en su memoria.

—¡Lo siento Dattebayo! —rápidamente se disculpó el rubio sin apartar la vista del camino—. Pero ¿Adónde vamos?

—Tal vez… —murmuró Sasuke—. Vamos a ir a…

~Café SasuHina Continuará~

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