A Hinata le gusta el café con leche, que sea dulce y que lleve crema.
A Sasuke le gusta el café negro y que no lleve azúcar, ni crema.
Ambos tienen gustos diferentes pero a pesar de ello, ambos le gusta el café.
Ambos se encuentran diariamente en la...
«La buena comunicación es tan incitante como el café negro, e igual de complicado de olvidar al reposar»
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—Sasuke-kun —susurró Hinata, su mirada perlada se centró en el hombre que jadeaba en busca de aire—. ¿Está bien? —con una expresión preocupada preguntó.
Ese simple hecho, hizo que Sasuke se enojara consigo mismo. Él no merecía que ella se preocupara por él, pero aun así estaba feliz.
Hinata dio un paso hacia él y acercó su mano para tocarlo, «Ambos somos unos desconocidos», las palabras dichas por él, tan solo unas horas atrás, resonaron en la cabeza de la Hyūga, rápidamente retiró la mano. Sasuke no pasó desapercibido ese gesto.
Sasuke se irguió en toda su altura, bajo la vista y fijó sus oscuros ojos en los perlas de Hinata.
—Hinata yo... Yo... —"Lo siento", pensó.
Sasuke frunció el ceño, al no poder decir las palabras.
Dio un paso atrás, desvió la mirada y se revolvió el cabello con una mano, frustrado y molesto consigo mismo. «Un Uchiha no se disculpa», eran las palabras de su padre, por lo cual Sasuke nunca se disculpó, incluso cuando él tenía la culpa, pero...
"¿Vale la pena dejar mi orgullo a un lado para disculparme con Hinata?", se preguntó Sasuke, volviendo a centrar sus ojos en la causa de su debate.
Hinata apretó su bolso a su pecho, mirando como Sasuke luchaba consigo mismo, luciendo muy desesperado y confuso. Ella temía molestarlo de nuevo, pero ella debía volver a casa, Hanabi la esperaba. Y el pensar en su hermanita enferma le dio fuerza para hacerle frente a Sasuke.
Tratando de no acobardase bajo esa penetrante mirada habló—: Ano... Sa.... Uchiha-san...
Sasuke sintió como si lo abofetearan, cuando escuchó que Hinata lo llamaba por su apellido. Se sintió herido, "Pero te lo mereces", le susurró su conciencia. Sasuke apretó los puños a sus constados "¿Valía la pena?". Él la miró sin escrúpulos, desde su sedoso cabello negro azulado, a su piel pálida, sus hermosos ojos como lunas a esas mejillas que se coloreaban con lo más mínimo.
El corazón de Sasuke dio un potente salto en su pecho. En ese instante bajo aquella vieja lámpara de aquel parque, aun con la cara hinchada y los ojos rojos. Sasuke observó maravillado a la mujer más hermosa del mundo... Sasuke Uchiha tomó su decisión.
—Y-Ya es muy ta-tarde, debo ir... —Hinata no logró terminar de hablar cuando el Uchiha la interrumpió.
—¡Lo siento! —las palabras en la boca de Sasuke sabían ásperas, pero por Hinata lo aguantaba.
