CAÍDA

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El comentario del rubio pareció hacer pensar a algunos y dejaron de reclamar, el resto solo se quedaron callados pero seguían inconformes. La clase continúo con Snape corrigiendo a algunos en sus respuestas, cuando sonó la campaña Snape dio las últimas indicaciones.

-Escribiréis una redacción de dos pergaminos sobre las maneras de reconocer y matar a un hombre lobo. Para el lunes en la mañana, ya es hora de que alguien meta en cintura a este grupo. Weasley, quédate; tenemos que hablar sobre tu castigo.

Todos los estudiantes abandonaron el aula dejando solos al profesor y Weasley, Ryan se fue directamente a la sala común para dormir como una roca; Ares (el gato de Draco) también se coló a la habitación del platinado.
Para muchos no fue raro pues el chico solía encerrarse a experimentar algo nuevo o cuando quería dormir sin que lo molestarán, el Malfoy decidió darle su espacio (Más bien Blaise le dijo que no fuera un encimoso o Diggory le ganaría).

Lo que ningún sabía era que los orbes azulinos se abrieron cuando el reloj marcó la una de la mañana, los animales que lo acompañan en su cama también despertaron para poder suplantar al rubio hasta que regresará; pues saldría ahora que el horrible clima parecía haberse calmado.

-Les daré un premio cuando regresé -asegura el Grindelwald-

Con mucho cuidado el adolescente se movió por el castillo hasta llegar a una compuerta que lo dejaría cerca de las cocinas, donde los elfos le entregaron una bolsa con bastante comida y agua; luego de despedirse de las criaturas se fue por otra compuerta hasta el bosque prohibido.
A cualquiera le daría miedo ingresar a un lugar así de noche, pero el ojiazul no se encontraba nervioso o perturbado por el espeluznante lugar; solo caminaba sin un rumbo aparente. Cuando ya se encontraba bastante adentrado en la espesura del bosque se escucharon unas pisadas acercarse hasta su posición.

Ryan se dio la vuelta para encontrarse con un gigantesco perro de color negro, que no tardo en acercarse hasta el chico mientras restregaba su cabeza en el pantalón; la cola del animal se movía mucho debido a lo feliz que se encontraba.
Con el paso del tiempo ya no quedaba rastro del perro flacucho, desnutrido, con el pelaje sucio y enredado, con el brillo de sus ojos completamente opaco y muerto.

-¿Qué traes en el hocico? -pregunta al notar algo sobresalir-

El perro también pareció recordar que llevaba algo, pues alzó su cabeza para enseñar un papel bastante antiguo; con algo de duda el chico acercó su mano para tomar el pergamino que inmediatamente fue soltado por el animal.
Por fuera parecía ser algo común y poco interesante, pero el Grindelwald podía sentir la magia que había en el; era un objeto encantado y lo interesante sería el saber como funciona.

El animal había aprovechado que el chico parecía estar revisando el papel, y con bastante cuidado tomo la varita del chico para apuntar al mapa; el platinado sujeto su varita, al ver eso entonces se le ocurrió algo y comenzó a murmurar algo mientras apuntaba al mapa.
Con el hechizo lanzado logró leer una frase, que pronunció mientras colocaba su varita en el pergamino.

-Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas.

A partir del lugar donde se encontraba la varita se comenzaron a trazar finas líneas de tinta negra, como filamentos de telaraña que se unieron unas con otras, se cruzaron y se abrieron en abanico en cada una de las esquinas del pergamino; luego empezaron a aparecer palabras en la parte superior. Palabras en caracteres grandes y verdes que proclamaban:

Los señores Lunático, Colagusano, Canuto y Cornamenta proveedores de artículos para magos traviesos están orgullosos de presentar.
EL MAPA DEL MERODEADOR.

Era un mapa que mostraba a detalle el castillo de Hogwarts y sus terrenos, lo mejor eran las pequeñas manchas de tinta que tenía arriba el nombre de las personas y fantasmas que rondaban por todo el territorio.

DESTINOWhere stories live. Discover now