Epílogo

10 1 0
                                    

—Bienvenides a la tercera ronda de Master Chef, versión apartamento 2-2, familia Soler, dama, caballeros, persona sin género. La última vez que estuvimos en esta cocina...

Tras su típica presentación inicial, Manuel le dio espacio a la comida. Siguieron su dinámica de que elles comiesen primero y hablasen de los platos para luego sentarse todes. Cuando ya casi terminaban de servir los platos de la familia, su madre le pidió que buscase algo en la cocina. Él asintió y se apresuró a ir para poder comer cuánto antes.

Podía escuchar a las gemelas haciendo unas preguntas y a Islande y Brayan intentando explicarles. Su madre soltaba una risita, Juan Pablo hacía un comentario y luego Alex dejaba escapar una carcajada. Y no creía que hubiese estado tan tranquilo y feliz antes.

Manuel tarareaba mientras recogía la cubeta que le pidieron cuando escuchó una frase de una voz que no pertenecía a quienes hablaban en el comedor y se encontraba mucho más cerca.

Él se dio la vuelta lentamente y casi se le cae la cubeta cuando distinguió la figura al otro lado de la cocina.

—Sigue con tu cena —Sonrió—, podemos hablar después.

Y desapareció.

Él se quedó ahí durante unos segundos, inmóvil y con la boca entreabierta.

¿Lo había logrado?

¡Lo había logrado! ¡Y sin esos diez minutos de meditación todos los días!

Se emocionó tanto que regresó al comedor lo más rápido que podía. Entregaría la cubeta e intentaría no explotar y contarle todo a su novio de inmediato para poder hablarlo más tranquilo luego de la cena cuando estuviesen a solas.

Sí, intentaría.

(No pudo)

NaguaraWhere stories live. Discover now