Capítulo 12

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Gabriel

Escuché un disparo diez minutos después de que Adriana se fuese, empecé a mirar a mi al rededor, no había sido el único que lo había escuchado, de echó, la mayoría de los presentes escuchamos un tiro.

Corrí hacia mí coche, tenía miedo, miedo de que ella recibiera el disparo, miedo de que ella se estuviese muriendo mientras yo estoy aquí, quieto, parado, sin hacer nada.

Llegué a mi coche, abrí la puerta del coche y cuando iba entrar escuché otro disparo, rápidamente me subí al coche.

-¡Gabriel no te puedes ir!- gritó Michael.

-¡Me importa una mierda esta puta carrera si las chicas están heridas!- grité cerrando la puerta del coche.

Di marcha a atrás el coche, giré el volante veinte grados a la derecha, pise el acelerador con fuerza, como si la dependiese de ese acelerador, como si estuviera perdiendo la vida.

Segundos después llegué cerca de la curva y vi el coche de Adriana, pero ella no estaba, solo estaban Jess y Chiara, pero Adriana no estaba. Tire del freno de mano levantado una ráfaga de tierra llamando la atención de las chicas y pare el coche.

Salí del coche con el contacto puesto, dejando la puerta abierta y corrí hacia ellas.

-¡¿Dónde está Adriana?!- pregunté alterado.

-Tranquilo, ella está bien - contestó Chiara tocando mi brazo y con la cabeza agachada.

-¡Dónde está Adriana!- grité provocando un sobresalto en Jessica.

-En el bosque - respondió Jessica mordiéndose las uñas; Chiara le pegó en el hombro en señal de molestia.

-Gracias- dije mientras corría hacia el bosque, era de noche y apenas se veía pero mis piernas ignoraban las órdenes de mi cabeza, y solo atendían a las de mi corazón.

Poco a poco me adentré al bosque, no escuchaba y no veía nada, mis rodillas estaban cansadas de correr, necesitaba agua, pero no podía beber hasta que no encuentre a Adriana, fue una promesa que le hice a mí padre: protegería a Adriana con mi vida.

Llevaba minutos corriendo, caminando y no encontraba a nadie, estaba oscuro, solo escuchaba a los lobos aullar a kilómetros de aquí, estaba cansado, pero no quería dejar de correr, no puedo permitirme perder a mi persona favorita, otra vez.

Empecé a sentirme muy mareado, mis piernas no podían seguir caminando, pero tenía que encontrarla. Escuché un ruido y me quedé quieto, noté como alguien se acercaba a mí por la espalda, pero no tenía miedo, se defenderme.

-Gabriel- habló una voz conocida, una voz que acarició mi alma, una voz que calmó los latidos de preocupación que mi corazón desprendía. Esa voz era de Adriana.

Me gire y la abracé como nunca, mis brazos rodearon su cuello con cuidado y mis labios besaron su frente como la primera vez.

-Pensé que te perdía - susurré mientras nos sumergíamos en un gran abrazo.

-Aunque la Luna pierda al sol, aunque la tierra pierda al mar, o aunque tú dejes de amarme, nunca podremos perdernos porque yo vivo y viviré en tú corazón, como tú lo haces en el mío -susurró mientras nos abrazábamos.

-Te quiero mi princesa Peach- nos separamos.

-Te amo mi Spiderman - respondió.

La besé. La besé como nunca, la besé como si mi vida dependiera de ello, agarré su cintura con fuerza, acaricié su lengua como si fuesen cristal, sus labios suaves como las alas de una mariposa.

#2 Detrás De Tí [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora