#2 Detrás De Tí [PAUSADA]

Capítulo 17

Adriana

-¿Aún estás enamorado de mí?- pregunté desviando mi mirada a sus ojos.

-¿Por qué me iba a enamorar de la persona qué mató a la persona que me besaba mejor que mí ex?- me senté en la cama y comencé a vestirme mientras una sábana cubría mi cuerpo -¿Te enfadaste asesina?

Ignoré sus palabras, esas palabras que antes me transmitían paz y estabilidad, ahora solo me lanzaban dagas.

-Bueno agresiva, cuando vuelvas a tener latidos por mí, ya sabes mi dirección - respondió poniéndose el pantalón.

-Me arrepiento de haber compartido cosas contigo, me arrepiento de haberte amado, ojalá te hubiese odiado Siempre - me puse los tacones y me levanté de la cama - Espero qué sí vuelves a amar a alguien, no os peleéis tanto como nosotros, y espero que sí descubres algo de ella, madures, y no se lo reproches a la cara después de acostaros.

-Adiós Adriana - se despidió con una sonrisa.

-Hasta el juicio Gabriel - agregué.

-Hasta que te pudras en la cárcel - le levanté el dedo mientras salía corriendo.

Me apoyé contra la pared de antes y comencé a llorar, lloré sin que me importase mi maquille, sin importarme qué me vean llorar, y todo por mi culpa.

Caminé después de llorar por unos segundos, caminé con los chicos.

-Tía, ¿Estás bien?- Jess me abrazó - ¿Qué a pasado?

Cintia, Valentina, Martin y Chiara nos rodearon.

-Necesito irme a casa, porfavor - Cintia me abrazó.

-Nos iremos a casa y nos contarás todo, ¿Trato?- exclamó mientras me abrazaba de una manera cálida, agradable y tierna. Rompí a llorar en su hombro, como un cristal cuando se rompe y esparce sus cristales por todos los lados.

-Agradezco qué no fueses como tú primo- contesté después de soltar un mar de lágrimas, las chicas se unieron al abrazo, Martin también se unió.

-Vámonos a casa- Cintia su mano y yo le di la mía. Agradezco qué no fuese como su primo, aunque una parte de todo esto es culpa mía. Sí no me hubiese volvido a enamorar, no me hubiese traicionado.

****

-Menudo hijo de puta - Chiara se giro a Cintia - Y con todo respeto a tú tía, pero su hijo es un gilipollas.

-No te preocupes-me miro a mí con una sonrisa- Le hizo daño a nuestra Adri, entonces se merece todos los insultos.

Le sonreí.

-¡Eso y le quemamos el coche! Y la casa- exclamó Jess.

-La casa no que es también mía - contesté agarrando un cojín y poniéndome-lo.

-Bueno pues el coche y la ropa- habló Cintia.

-Estáis fatal- comenté. Chiara me lanzo un cojín y empezó una guerra de almohadas.

-Oyee- replicó Cintia después de tirarle un cojín.

****

-Buenos días - exclamó Jess colocándose a mi lado- ¿Me robaste tu la caja de tabaco?- preguntó.

-Sí, lo siento- declaré.

-No te preocupes - miro al horizonte -¿Estás mejor?- interrogó.

-Mejor de la guerra de almohadas de anoche sí, ya no me duele la cabeza, por lo de Gabriel, no, me siento una puta mierda y sigo enamorada de ese gilipollas- le di una calada al cigarro.