Capítulo 24 - Hasta que el sol muera

840 49 56
                                    



Qué poco sabes
Cómo me estoy rompiendo, mientras te quedas dormida
Qué poco sabes
Todavía estoy atormentada por los recuerdos
Qué poco sabes
Estoy tratando de recoger mis pedazos uno por uno
Qué poco sabes
Necesito un poco más de tiempo

Ainhoa sentí­a que el corazón se le iba a salir del pecho, Luz siempre producí­a eso en ella.

Sólo que esta vez no sabí­a si era de amor o de temor.

Quizás las dos , incluso en la misma medida.

Es que verla allí­ era todo lo que querí­a, y sin embargo despertaba sus mayores miedos.

- Joder , Luz - dijo corriendo hacia ella.

Fina llamó a Coco que fue obediente a su lado.

- ¿Qué haces aquí­? - le preguntó tomándola en sus brazos.

Luz estaba visiblemente débil, y cuando la pelirroja la acogió en su cuerpo , se dejó llevar sin ningún tipo de protesta hacia el sofá.

- Fina , trae el botiquin de primeros auxilios , esta en el armario del baño en el segundo estante - dijo la pelirroja en un sólo respiro.

Fina obedeció y Coco siguió sus pasos.

- ¿Qué haces aquí­, Luz? - volvió a preguntar Ainhoa - ¿Cómo has llegado hasta aquí­? - insistió cambiando su pregunta.

La morena no respondí­a , y mientras Ainhoa seguí­a haciéndole preguntas, le quitaba su abrigo y su jersey que estaba mojado de sudor.

Pero Luz estaba helada. Su piel se sentí­a muy frí­a al tacto , y a Ainhoa le preocupaba todo de aquella situación.

Cuando la pelirroja comenzó a quitarle la venda sobre su cabeza , Luz se quejó de dolor.

- Joder , estas sangrando Luz - hizo enfadada.

Luz alejó su cabeza de las manos de Ainhoa.

La miró de manera frí­a , calculada.

Distante.

Y se puso de pie, tambaleándose en su lugar.

- Vine a buscarte - le dijo entonces.

Ainhoa suspiró agobiada y se puso de pie frente a ella.

- No he sabido nada de ti en tres dí­as , Ainhoa - dijo - Tres dí­as - aclaró al final.

Ainhoa bajó la mirada.

Luz tení­a razón, ella habí­a provocado la situación , y parecí­a que aún sin quererlo ... continuaba propiciando escenarios desafortunados.

- Lo siento , lo siento - hizo levantando su cabeza y fijando su mirada en su novia.

Porque era aquello lo que Ainhoa debí­a recordar , que aunque Luz no lo supiera , que aunque ella hubiera sido tan cobarde de habérselo negado a sus padres aquel fatídico dí­a, durante el último mes Ainhoa habí­a sentenciado que Luz era su novia ... sólo que Luz no lo sabí­a.

Y si la pelirroja esperaba que algo de aquella situación cambiara , pues deberí­a comenzar a actuar acorde a lo que sentí­a y menos a lo que decí­a. Al final , las palabras siempre parecí­an fallarle.

- Ven aquí­ - hizo extendiendo su mano.

Sin dudarlo , Luz la tomó y Ainhoa la atrajo hacia ella.

La acercó a su pecho , y cuando la morena recostó levemente su cabeza allí­ , Ainhoa besó su coronilla.

Un acto de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora