Soy un dios en el mundo primitivo (BL)

114. Puedes tener un sofá.

Después de todo, la gran bestia no pudo escapar del destino de ser capturada por los culis. Sin embargo, fue necesario pescar muchos cuervos de agua en el río, debido a las fuertes lluvias que causaron que el río estuviera turbulento, Qin Fei no se atrevió. dejar que los miembros de la tribu se acercaran demasiado, para que ella sólo pudiera capturar a la gran bestia. Atraída por la comida de Qin Fei, la gran bestia salió de la cueva obedientemente. Mientras sacudía su cuerpo vigorosamente, empujó a la orilla a los cuervos de agua que estaban muertos por falta de oxígeno, e hizo un resoplido y resoplido para mostrar su descontento con este trabajo.

La fuerte lluvia ha amainado gradualmente y los miembros de la tribu arrastraron felizmente las aves acuáticas que la gran bestia había arrojado a la orilla, lavaron el barro y el agua y luego las colocaron juntas en la cueva de la gran bestia.

Algunos pequeños también salieron corriendo a ver la diversión, pero tenían estrictamente prohibido acercarse al río y solo podían mirar desde la distancia. El pequeño Aowu fue un poco desobediente al principio, pero Qin Fei accidentalmente lo dejó deslizarse en las aguas rápidas. Aunque su tamaño actual sigue creciendo, todavía es lo suficientemente pequeño como para ignorarlo en comparación con los anchos ríos afluentes. Aunque revoloteó un par de veces con la flexibilidad de su cuerpo, rápidamente fue arrastrado río abajo por el agua del río. Junto con una pila de cadáveres de cuervos de agua y cadáveres de peces, estaban apiñados en la esquina. El pequeño Aowoo quedó atrapado en una pila de cadáveres flotantes. Después de luchar varias veces, no pudo volar.

La gran bestia mítica lo miró apresuradamente, luego barrió y empujó con su gran cola, y el pequeño que lloraba fue empujado a tierra con un montón de cadáveres.

Tan pronto como Xiao Aowu puso los pies en el suelo, inmediatamente se puso enérgico. Frente al cuerpo de un gran cuervo de agua cercano, hubo un ataque feroz y el juego estaba en pleno apogeo. De repente, lo agarraron por la cola y el cuerpo del pequeño Aowu, que estaba a punto de saltar, fue derribado. Inmediatamente dejó escapar un chirrido de insatisfacción, giró su gran cabeza y descubrió que era Qin Fei quien sostenía su cola. Xiao Aowu recordó de inmediato el agravio que acababa de encontrar en el agua y rápidamente se acercó para quejarse con Qin Fei.

Inesperadamente, Qin Fei no solo no lo consoló esta vez, sino que también le dio varias palmadas en su pequeño coño.

Qin Fei se sorprendió por el comportamiento del pequeño que lloraba hace un momento. Había estado jugando en el área de buceo suave durante mucho tiempo. No fue hasta que llegué a un nuevo lugar de residencia que ocasionalmente cacé en aguas profundas unas cuantas veces bajo la protección de la gran bestia. Qin Fei nunca esperó que Xiao Aowu fuera tan desobediente esta vez y se atreviera a correr hacia el medio del río caudaloso. Si una gran bestia mítica no hubiera venido a ayudar, los cadáveres apilados cubrían el agua y no podía salir en busca de aire, era empujada por los rápidos y no podía volar, las consecuencias podrían haber sido desastrosas.

El ataque de Qin Fei no fue duro, sino más bien intimidante. Sin embargo, los grandes e inteligentes ojos de Xiao Aowu todavía estaban llenos de vapor de agua. Qin Fei lo atrapó y lo llevó a la orilla para darle una lección: "La próxima vez, si se porta mal, será castigado con algunas palizas".

El pequeño Ao gimió dos veces. Qin Fei tocó su gran cabeza y atrajo hacia ella un cuervo de agua no demasiado grande. Xiao Aowu molestó a Qin Fei y volvió a frotarse contra su pierna, como para expresar que nunca más se atrevería a hacerlo.

Al ver a Qin Fei golpear a Xiao Aowu con ira, Xiaobu y Xiaoren también se acercaron para interceder. Qin Fei pellizcó las mejillas de los dos pequeños y habló sobre los peligros del río. Los dos pequeños dijeron inmediatamente que nunca jugarían en la zona de aguas profundas donde hay grandes cuervos y peces grandes. Y nunca bajarás a jugar al río cuando llueve mucho. Qin Fei tocó las cabezas de los dos pequeños y les prometió un delicioso pescado a la parrilla por la noche.