Capítulo 8

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Año 2015

Narra Peter.

Con el fin de Aliados llegaron nuevos proyectos a mi vida. Distintos y más serios. Había comenzado las grabaciones de El Clan, hace unos meses, una película de Pablo Tapero, la cual cuenta la historia de la familia Puccio y mientras, ya tenía en mis manos la historia de una nueva novela para Telefe llamada La Leona, protagonizada por Nancy Duplaa y Pablo Echarri.
Además de todo eso había comprado los derechos de una gran obra de teatro llamada Equus, escrita por Peter Shaffer que cuenta la historia de un psiquiatra que intenta tratar a un joven adolsecente que padece una patalogica fascinacion sexual y religiosa por los caballos. En Estados Unidos la habia protagonizado Daniel Raccilf y en Agentina, en el año 1976, Miguel Ángel Solá.
Ahora yo seria quien se iba a poner en la piel del protagonista y había un desnudo que me tenía algo nervioso y para el cuál me estaba preparando.
Mi vida laboral se encuentra en un gran momento de crecimiento.
Por otro lado, mi relación con Martina terminó hace dos meses, las cosas ya no funcionaban entre nosotros y yo había decidido tomar distancia de ella y de su familia, a quienes ya no aguantaba tener cerca desde hace tiempo.
Me fui hacia el teatro para seguir con los ensayos de Equus, ya que hoy no me tocaba grabar la película.
Marcelo La Torre estaba leyendo el guión con nuestro director Carlos Sorín.
- Buenas -los saludé.
- ¿Cómo van esas grabaciones? -me preguntó Marcelo.
- Muy bien, por suerte.-me senté- ¿Cómo va todo por acá?
- Estupendamente, pero quiero comentar unas cosas con vos de la historia -me dijo Carlos.
Nos pusimos a leer el guión, a charlar de como haríamos las puestas en escena y cuando llegaron los demás nos pusimos a ensayar el primer acto.
En medio del ensayo, apareció mi bellísima amiga Eugenia con la preciosura de su hijita Rufina.
- Traigo mate y pastaflora- dijo con una sonrisa y se acercó a saludar a todos.
- Hola bellezas -las abracé- Que lindo tenerlas acá.
- Hola tío Peter -me dijo Rufi y le hice upa mientas su mamá saludaba a todos.
- Cada día hablás más eh -le di un beso.
- ¡Esta hecha un lorito! -dijo la China y se rió.
- ¡Cómo tiene que ser!
Rufina enseguida se soltó de mi y fue a jugar con Marcelo, me senté con la China en las butacas de delante y me sirvió mate.
- ¿Nerviosa por la película?
- Mucho, tengo muchas ganas de que se estrene ya.
- Ahí estaré yo para apoyarte -le di un abrazo.
- Gracias hermanito -me pasó un pedacito de pastaflora- Igual no vine a hablar de trabajo, quería saber como estabas por lo de Martina...
- No sé. Estoy centrado en el laburo, no pienso mucho en ella. Aunque como ya terminó la gira de Violetta y volvió a su casa, me llama más seguido.
- ¿Vas a volver con ella? Vos sabes que no me gusta nada la nena esa, ni ella ni su familia. No te hacen bien y yo me alegro que te hayas alejado.
- Martina no tiene la culpa de que sus viejos sean unos forros -dije algo incómodo. Odiaba reconocer delante de cualquiera que los padres de Tini eran de lo peor- Yo la amé mucho, supongo que nos hizo bien tomar distancia y a lo mejor es el momento de volver.
- A mi no me parece -me dijo mi amiga con la sinceridad que la caracteriza- Y vos mismo dijiste ahora que la amaste, no que la amás.
Mi celular empezó a sonar, era Martina. Me aleje un poco y la atendí.
- ¿Nos vemos? -me preguntó enseguida.
- ¿Seguis teniendo la llave de mi departamento?
- Si...
- Bueno, andá ahí. Salgo del teatro y voy para allá. Pedí algo para comer.
- ¿Comida italiana?
- Si, dale.
- Bueno, voy para allá. -colgó.
Charlamos un poquito más y ellas se fueron para que nosotros sigamos ensayando. Al terminar me despedí del equipo y puse rumbo a casa.
Cuando llegué me detuve en la puerta y respire profundo antes de entrar. Martina estaba en la cocina, habia puesto la mesa y estaba calentando la comida.
- Hola -dijo con una sonrisa y se acercó a mi- Que lindo verte -me dio un abrazo y se acercó para besarme pero le aparte la cara y me senté.
- ¿Cómo fue el último concierto?
- Falta el último acá en Buenos Aires -se sentó enfrente mío.
- Va a ser lindo -me toqué la cabeza y bostece.
- Quiero que volvamos... te extraño.
- Mira Tini... -le agarré la mano- Esto no funciona más... Lo intentamos pero no estamos bien.
- Haré lo que sea mi amor... Y lo juro.
- Esto es cosa de dos y yo ya no quiero hacer nada por nosotros.
- ¿Hay otra? -me miró con rabia- ¿Lali otra vez? -se soltó de mi mano y se puso en pie. Yo me reí. -¿Te resulta gracioso?
- Martina, me rio porque es una tontería lo que estas diciendo. No hay nadie, terminamos hace dos meses, no ayer.
- Estas con otra ahora... Es eso, te estás acostando con otra.
- Anda a tu casa, dale. Te estás empezando a alterar y así no podemos mantener una conversación madura.
- ¡Es que no soy madura Peter! ¡Soy una adolecente! Llevas saliendo un montón conmigo y sabías que era una pendeja, no me pidas madurez ¡Yo sólo entiendo que te amo!
- Perdóname... pero esto no da para más. En serio, te pido perdón. Te quiero y te amé muchísimo -me acerqué a ella y le agarré la cara con las dos manos- Te lo juro, pero cumplimos un ciclo... no hay más allá de esto. Yo tenía que estar con vos esté tiempo que compartimos... no más.
- Espero que seas feliz sabiendo que me rompiste el corazón -me dijo con lágrimas en los ojos y se fue pegando un portazo.
Se me había quitado el hambre, así que me tiré en la cama y agarré el celular. Mi compañera de Equus, Jose, había mandado una nota de voz.
- Hola lunares ¿Qué andas haciendo? Si estas aburrido podes venir a pasar la noche conmigo que ya te ando extrañando -dijo con voz sexy y me mandó un beso.
- Voy para allá, es imposible rechazar una oferta así -le contesté y me fui a dar una ducha.
Josefina era una mina a la que no le tenía que dar explicaciones, nos acostabamos y todo estaba bien al otro día. Era todo lo que necesitaba.

No te digo adiós ||Laliter||Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu