El viernes Martin decidió que tampoco iría al instituto. Quería estar completamente recuperado para el finde, y para cuando llegó el sábado, se levantó con nuevas sensaciones por la mañana. Después de una semana entera, ya solo tenía un poco congestionada la nariz.Le pareció raro escuchar ruido en el pasillo, porque su madre solía ser bastante silenciosa cuando estaba en casa, así que después de unos minutos mentalizándose, se decidió por salir de la cama para ver que estaba pasando. No se molestó ni en ponerse unos pantalones, con los calzoncillos y la camiseta que llevaba era suficiente. Se arrepintió sin embargo de no llevar unos calcetines, porque el suelo estaba totalmente congelado.
Rebeca estaba rara. Eran las diez de la mañana y ella estaba en el baño maquillándose mientras se terminaba de beber su café. Parecía tener prisa, y murmuraba cosas para ella misma mientras que con rapidez terminaba de echarse algún tipo de polvo sobre las mejillas. Ni siquiera reparó en que su hijo la miraba desde el pasillo con el ceño fruncido.
"¿Mama?"
La mujer se sobresaltó al escuchar su voz, y la brocha que tenía en las manos se cayó contra el lavabo. Se giró a Mirar a Martin con una expresión ofuscada en el rostro, como si la hubiera interrumpido haciendo algo importante.
"Dime."
"¿Que haces?"
"Prepararme, voy a salir."
El vasco se sintió aún más confundido. No quería ser pesado, pero el hecho de que Rebeca se encontrara despierta a esas horas cuando la noche anterior había estado trabajando ya era lo suficientemente extraño, porque ella solía dormir hasta muy tarde cuando tenía ese tipo de turnos.
Sopesó la opción de intentar indagar un poco más. Rebeca estaba nerviosa, y cuando se ponía en ese estado solía hablar mucho. A lo mejor le contaba algo del novio ese con el que se estaba viendo.
"Que bien, ¿con quien?" tal vez eso había sido un poco directo de más, pero era demasiado tarde para arrepentirse de su elección de palabras.
Martin avanzó hasta apoyarse en el marco de la puerta, viendo como su madre ahora se aplicaba rímel.
"Con unas amigas" dijo distraída.
"¿Que? ¿Tienes amigas?" y a pesar de haber sonado algo estúpido, Martin estaba bastante seguro de que la mujer que tenía frente a él no había tenido ningún tipo de vida social desde que había llegado a Madrid. No quería comportarse como un idiota, pero Rebeca no solía salir de casa si no era para ir al hospital o porque se había echado un ligue. De vez en cuando, cada mucho tiempo, también le proponía algún plan a su hijo. Pero eso si que era algo raro.
"Mi amor, claro que las tengo."
"Ah, que guay. Pues estás muy guapa."
Su madre le sonrió a través del espejo, lanzándole un beso mientras que con el peine comenzaba a desenredar su cabello largo y castaño, muy similar al de Martin.
"Gracias, bebe. Ven y ayúdame con esto, anda."
Y Martin dio un paso hacia adelante para colocarse a su espalda, comenzando a desenredar con cuidado y paciencia los nudos que tenía por el pelo, fruto de haberse movido mucho mientras dormía. Mordió con duda su labio inferior, pensando en como seguir con la conversación. Tampoco quería que fuese demasiado evidente.
"Oye, mama."
"¿Que?"
"¿Y son amigas del trabajo?"
"Si, algunas sí. Pero bueno, que estás muy preguntón hoy, ¿no?" su madre se giró para mirarle con una sonrisa inocente. Estando descalza era mucho más pequeña que él.
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Guilty as Sin?
FanfictionDonde Martin, un chico distraído y callado, descubre algo que no debería de haber visto o... Donde Juanjo, el hermano mayor de su mejor amiga, no soporta a la gente entrometida