𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒕𝒓𝒆𝒊𝒏𝒕𝒂 𝒚 𝒄𝒊𝒏𝒄𝒐

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Capítulo treinta y cinco: Foto.

—No puedo con esto, me duele todo mi cuerpo y no hice mucho esfuerzo.

—Creo que deberías solucionar tus problemas, esto que tienes tiene mucho que ver con eso.

—No, no tiene nada que ver con eso— Fernando rió.

—¿No? ¿Entonces que te tiene tan mal?

—No lo sé, tal vez sea el clima, tal vez no estoy comiendo bien.

—O tal vez estás pensando mucho... pero yo creo que eso es más de tus dolores de cabeza, ahora creo que tu calentura se debe a otros pensamientos— Pedri arqueó la ceja.

—¿Otros?— preguntó con cierto tono de molestia. No dijo más nada, soltó un suspiro.

Fernando tocó su frente nuevamente, queriendo sentir su temperatura, lo vió pegar un pequeño brinco al sentir su mano helada. Lo tomó de la muñeca y alejó su mano de él.

—Estás muy frío.

—Hoy está muy frío y tú estás muy caliente. Deberías darte un baño— Pedri asintió con la cabeza.

—Me baño y me iré a dormir. Buenas noches— dijo mientras caminaba y subía a su habitación, Fernando lo miró algo preocupado.

—Buenas noches.

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Giraba de un lado al otro en la cama, sin poder pegar el ojo, solo podía pensarlo y pensarlo. Pasaban las horas y él tenía ese sentimiento dándole vueltas, sintiendo su cuerpo lleno de calor, su cuerpo pidiéndole tener a Ferran cerca, algo que en ese momento no podía tener.

¿Y si lo llamaba? ¿Y si estaba despierto e iba a su casa? Su cuerpo y su mente le pedía que lo hiciera, y sin pensarlo tomó su móvil y entró a al chat con Ferran, pensando si hacerlo o no. Miró la hora, eran las cuatro de la mañana, simplemente desistió antes de siquiera escribir algo y lo dejó nuevamente sobre la mesa de luz, suspirando. Tapó su rostro con sus manos, no sabía que estaba ocurriendo con él, no sabía por qué estaba así. Tomó la almohada que tenía a su lado y se tapó el rostro con ella, estaba fresca.

Nuevamente tenía esos pensamientos encima, esas imagenes que tenía de Ferran en su mente y que hacían recorrer sangre caliente por todo su cuerpo. Sus manos apretaron la almohada, su respiración al recordar su olor, al recordar su tacto, su voz ronca, eso de él que erizaba su piel.

Una de sus manos bajó lentamente por su cuerpo, dudando si hacerlo o no. Con mucha vergüenza metió su mano por debajo de su pantalón, tomando su erección y agitarla, provocando al instante que soltara todo el aire que tenía adentro, tomando con fuerza la almohada.

¿Qué clase de brujería le había hecho como para sentirse de esa manera? De sentir una extraña sensación recorrer todo su cuerpo, un temblor. Aún podía oir al valenciano jadear cerca suyo, cosa que lo calentaba, movía su mano de arriba hacia abajo más rápido, mordiéndose el labio.

Soltó un chillido, sus ojos se llenaban de lágrimas, realmente lo estaba necesitando con él.

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El partido del Barcelona contra el Real Sociedad en el Camp Nou había iniciado hace varios minutos. Él, sentado cerca de los aficionados ya que hace unas semanas había sufrido nuevamente una lesión en el mismo sector de la vez pasada, el tendón. Aprovecharía esa situación para no moverse mucho, ya que últimamente el hacer ejercicio lo cansaba demasiado rápido y eso no le gustaba.

El Amor De Mi Vida | Ferran Torres x PedriWhere stories live. Discover now