Capítulo 25

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— Dime — insistió.

— Te dije que me entro algo a los ojos Justin — dije, cansada de la misma conversación.

— ¡¿Porqué no quieres admitir que lloraste por mi culpa!? — se detuvo — ¿Que más quieres que haga _____?, me ignoraste todo el vuelo. Te dije que esas malditas fotografías afectarían nuestra amistad.

— Pero no por ti, si no por mi. No puedo ver tu rostro sin pensar que me ves como una suelta, me siento una cualquiera Justin — dije con dificultad, sentía un nudo en mi garganta. 

— Princesa, no vuelvas a pensar eso de ti — dijo, tomando mis mejillas — No te veo de esa forma, y jamás lo haría. Tu lo dijiste, era trabajo, nada más. Y lo llevaste a la perfección.

— No es verdad, no sabía que hacer, si tu no hubieras estado a mi lado no podría haberlo logrado — sentí mis mejillas humedecidas.

— ¿Sabes lo que decían? — negue — Todos me preguntaban si de verdad no eras modelo. Estabas tan hermosa, todos en el estudio tenían la mirada sobre ti. No sabes cuanto aguante las ganas de golpearlos uno por uno — dijo, quitando con sus pulgares las gotas saladas en mi mejilla.

Una leve risa salió por mis labios.

El móvil de Justin comenzó a sonar. Antes de contestar miro el número en la pantalla dejando salir un suspiro, atendió la llamada y se lo llevo al oído.

— Scott, estoy de vacaciones que sucede — dijo, mientras me miraba con una mueca de desagrado — ¿Qué? — el tono de Justin cambió a uno totalmente frustrado — Joder — suspiro — pediré ayuda a seguridad y trataré de salir lo antes posible — paso sus dedos por su cabello nervioso — Gracias por avisar, adiós.

— ¿Ocurrió algo? — pregunté.

— Scott llamó. La noticia de que estoy en el aeropuerto se expandió. Hay que salir cuanto antes. 

— No te preocupes, si quieres puedes ir tu primero, si te ven conmigo pensaran que somos algo — dije.

— ¿No puedo salir contigo? — dijo, seguro con una de sus sonrisas más encantadoras.

— Claro que puedes salir conmigo — conteste apresurada — No quiero causarte problemas, ya sabes... con tus beliebers.

— Estoy buscando la manera de explicarlo, dame un segundo — dijo, con rostro pensativo — En mi vida tengo tres mujeres más importantes que el resto  — Mi madre, mis beliebers y por ultimo pero no menos importante — Tú — Me  apunto — ¿Entiendes?, sólo me vale lo que tu pienses y lo que yo piense. 

— ¿Porqué eres tan lindo? — dije, apretando sus mejillas.

— Veras, cuando mamá y papá tuvieron sexo lo hicieron con amor — Soltó sin más.

Justin fue a hablar con los de seguridad para poder salir en caso de emergencias con un guarda espaldas, cuando dijo que solo serían unos cuantos pensé en dos o tres, no en seis. Dos nos acompañaban por delante, dos por atrás y 1 por cada costado.

El vehículo nos esperaba fuera y la salida ya estaba colapsada por las beliebers. Cuando salimos por la puerta principal creí que moriría, era como uno de los episodios de The Walking Dead, los gritos por su parte me dejaban sorda y los flashs por otro me dejaban ciega.

— ¿Quien es ella?, ¿Están saliendo? — preguntó una de las chicas entre las rejas.

— Es muy linda, la envidio — dijo otra. Justin se detuvo frente todas sus beliebers causando el grito de estas.

— ¿Verdad que lo es? — dijo, contestando la pregunta de la chica.

— ¿Están saliendo? — volvieron a preguntar.

Justin se puso por atrás y puso sus brazos por mis hombros, envolviéndome en un abrazo.

— No estamos saliendo — hizo un puchero — Pero eso no quita el echo de que ella es una persona muy importante para mi — sonrió dulcemente — Saluda — dijo a mi oído, causando miles de corrientes por mi cuerpo.

— Hola — dije, moviendo mi mano a ambos lados.

— Hola — contestaron en coro.

— Bueno mis beliebers, mis amigos me esperan, las amo — lanzó un beso.

El camino estaba lleno de regalos que lanzaban las fans a Justin, no pudimos recoger ninguno pero él iba saludando lo más que podía ya que por seguridad no teníamos permitido acercarnos.

Llegamos a un hotel lo bastante alto, cinco estrellas decoraban el título del hotel. Justin fue a registrarnos y le entregaron las llaves de la habitación. Era más grande que el cuarto de Justin, tenía una cama de dos plazas, el baño era lo bastante grande como para que 5 personas cayeran dentro.

— ¿Te gusta? — preguntó volteándose a verme.

— Creo que tengo que enseñarte el valor del dinero — reí — Esto es mucho.

— Ve a darte una ducha — ignoro mi comentario anterior — Debes estar cansada, durante la tarde veremos a mis abuelos, los chicos programaron una junta para la noche.

— No puedo creer que este viviendo esto — suspire — Meses atrás rogaba a dios poder volver a verte y conocer a tu familia — reí — Quien diría que lo cumpliría.

— ¿Recuerda como nos conocimos? — dijo Justin lanzándose a la cama — Fue de locos, no podías abrir la puerta.

—¿Como la iba a poder abrir si tenías agarrado el pomo? — reí recordando la escena.

— Luego cuando abrí la puerta y tu rostro  fue "Oh Dios Mio" — dijo, imitándome.

— Aún conservo la foto — sonreí.

— ¿Donde? — preguntó.

— En casa — dije, mientras me sentaba en la orilla de la cómoda.

— Cuando regresemos me la tendrás que mostrar.

— ¿Cuando regresamos?

—  Dentro de un mes.

— Te voy asesinar — dije lanzándome sobre el — ¿Como piensas arrendar un hotel por un mes Justin? — dije, golpeándolo con una almohada.

— ¡Espera!  — dijo, devolviendo el golpe.

—  Me golpeaste  — dije, indignada — Te ganaste la muerte Bieber — dije, comenzando una posible guerra de almohadas.

— Sólo estaremos por hoy _____, tengo una casa en Canadá. Soy Justin Bieber, ¿con quién crees que estás hablando? — dijo, apresurado. Cubriendo su rostro con sus brazos — Debo ir a buscarla a casa de mis abuelos, se las dejo a ellos para la seguridad de la casa, son algo así como los cuidadores.

— Ya te iba a matar — suspire, bajando de el y lanzando la almohada a algún lugar de la habitación.

— Ya es tarde, ve a darte una ducha, mañana tenemos fiesta — dijo, bailando sobre la cama.

— Eres un niño — le mostré mi lengua.

— Y tu eres una niña.

— Soy menor que tu — conteste obvia.

— Jamás te había preguntado, ¿que edad tienes?

— 15 — su rostro se puso pálido.

— Creí que tenías 20 — dijo, nervioso.
Reí.

— 18, este año cumplo los 19.

— Creí que me iría detenido — soltó un suspiro — Sólo tenemos 2 años de diferencia.

— Me iré a bañar — dije, caminando hasta la puerta del baño junto mi maleta.

— Ve tranquila, llamaré a los chicos para la junta de hoy — dijo, agitando su móvil.

Tome el pomo de la puerta y lo gire, espere que el agua estuviera en un temperatura apta para mi cuerpo y entre.  

—Canadá — suspire.


The Trappings Of Fame  |J.B|Where stories live. Discover now