"Me sacaran a rastras."

346 26 1
                                    

Hola, disculpen la demora pero aquí les dejo un nuevo capítulo, esta cortito pero tengo mis razones):

___________________

A la mañana siguiente me desperté de alguna extraña manera de ánimo, me sentía más viva que nunca como si no hubiera un mañana. Tome una larga y relajante ducha, en la que pude pensar y darme cuenta de lo afortunada que era, debía recordar lo lindo de haber conocido a Justin, daba gracias al cielo por haberme brindado esta oportunidad. Puse crema humectante en mis piernas hasta mis hombros, amarre mi cabello en una cola alta  y me puse unos short junto a una camisa blanca.  Baje las escaleras y puse mi mejor sonrisa. La noche anterior me sirvió bastante, pude contarle todo a Luke el que por cierto en un par de semanas se irá a Londres. Tome la caja de cereales, saque la leche y eche todo en una taza, deje todo en su lugar y me senté en el sofá a ver televisión.

Cambie canal por canal pero no había nada que llamara mi atención así que la deje en donde estaban dando  un reportaje sobre animales exóticos.

Camine hasta la cocina donde lave la taza y luego subí hasta mi cuarto. Recogí la basura y me mantuve ocupada en hacer los deberes, no se encontraba nadie en casa. Andrea había salido con Lara, Mike estaba con sus amigos y Papá trabajaba, la casa estaba sola para mí.

Tenía que volver a California la próxima semana pero tengo pensado hablar con mama para poder quedarme a vivir aquí. Sonara loco pero ciento que pertenezco a este sitio, no encajo en California. Si me quedara acá estaba informada que tendría que renunciar a varias cosas, como ver a mis amigas y a mamá. Porque era lógico que a Andrea no la dejaran vivir aquí, por más que me doliera separarme de ella era hora de tomar mi propio camino. Decidida tome el móvil y luego de dudar unos segundos llame a mama. Al tercer pitido contesto.

-¿____?.

-Si, soy yo-conteste nerviosa.

-¿Qué pasa?, ¿está todo bien por allá?

-Si.

-¿Entonces?

-Nada, lamento llamar-mentí.

-____, te conozco. ¿Qué pasa?.

Maldito instinto de madre.

-Bien-suspire-es complicado de decir, pero la diré sin líos. La próxima semana vuelvo a California y me acostumbre mucho a este lugar, me siento a gusto aquí, yo no pertenezco en California mama, yo soy de aquí, de Los Ángeles.

-Por ningún motivo.

-Mamá tengo 19 años.

-Aún no eres lo suficientemente capaz de mantenerte sola.

-Tengo que aprender tarde o temprano, sé que no será fácil y que tendré que renunciar a muchas cosas pero es algo que yo quiero hacer, tengo que elegir mi camino y este escogi, debes aceptarlo.

-Se que eres adulta, tienes 19 años y no dudo que serás una maravillosa mujer. Espero que todos tus deseos se cumplan pero aún no es tiempo.

-¿Y cuándo será tiempo?, ¿Cuándo tenga 40?-dije enojada.

-Ya dije que no.

-Lo siento pero me quedare acá, te guste o no.

-Volverás si o si. Está decidido.

-Entonces tendrás que venir tu, porque de aquí no me muevo.

-Está bien-soltó un suspiro pesado- vivirás haya pero bajo el mismo techo que tu padre. Esa es mi única regla si quieres vivir en L.A.

-Te prometo que no te defraudare de haber tomado esta decisión- una sonrisa se dibujo en mi rostro.

-Eso espero hija.

-Te amo.

-Y yo a ti, te me cuidas, adiós-colgó.

Tome mi bolsa aún un poco de mal humor y baje las escaleras, me asegure de tener conmigo la copia de llaves y fui a dar un paseo por el parque.

Habían niños con sus madres jugando, perros corriendo y adolecentes con sus parejas, me pregunto que se sentirá ser madre, no es que quiera serlo, pero amo a los niños, son tan hermosos.  Mire mi móvil y mande un mensaje a Andrea.

“¿A qué hora volverás?.”

Guarde el móvil en mi bolsillo trasero y me quede mirando a una pequeña que jugaba en un columpio, era muy linda. Tenía su cabello suelto hasta su cadera y estaba vestida con una camisa blanca y jeans de flores azules junto unas sandalias del mismo color, parecía una muñequita de porcelana, tanto que me daba miedo verla.

Decidida a hablar con esa chiquita me acerque a saludarla, estaba a unos centímetros cuando inesperadamente retrocedí al verla correr.

-¡Espera!, ¡te puedes caer! – grite. Al ver que la pequeña no me escuchaba comencé a correr atrás de ella.

Me detuve en seco cuando paro frente una hermosa casa. Era de un color café claro, por el costado con un tapizado de piedras y qué decir de el césped, era maravilloso, lleno de flores.

-Me llamo Diana, no lo olvides.

Me apresure en correr en cuanto doblo a la izquierda, una vez que doblo no había rastro de ella. El viento se la había llevado.

The Trappings Of Fame  |J.B|Where stories live. Discover now