Angel Baby - Jaeyong

LXVIII. Estela

– ¿Está rico, amor? 

Taeyong asintió, regalándole a su madre una sonrisita antes de regresar a tomar otro bibimbap con los palillos. Aunque sus ojitos lucían cansados, también se veía mucho más relajado y estaba comiendo muy bien últimamente, incluso sus mejillas lucían más rellenitas que cuando llegaron ahí.

– Hiciste muy bien en tomarte unos días con tu niño. Siempre es bueno pasarla en familia. – Hayun, la mejor amiga de toda la vida de Hyo, le dió un toquecito en el hombro. Lucía muy parecida a su mami, lo cual lo sorprendió al principio. Ojalá él también luciera un poco como Kun. – Hace mucho que los míos no me visitan. Tú eres afortunada en vivir todavía con ellos. Y a este nene lo conocí cuando estaba muy bebé. Creció muy rápido.

– Él es el más cariñoso de los dos. 

– Se nota mucho. Es tu bebé. Y está igualito desde siempre.

– Si, en verdad lo es. Es muy dulce. Y muy listo. – Hyo acarició la mejilla de Yong por un momento. – ¿Quieres que te sirva el café, Yun?

– ¡Yo lo hago! – Taeyong se ofreció de inmediato, yendo a la cocina para servir el café de la máquina para las dos adultas, pues no sabía cómo agradecer la hospitalidad de Hayun. 

La casa era pequeña y acogedora. Y se la estaba pasando bien en ese pequeño pueblito en Jeju, relajado y sin tener que pensar demasiado en nada; sólo disfrutando unas vacaciones improvisadas con su mami, además muy largas, pues llevaban casi dos semanas ahí y la mujer no parecía tener intenciones de volver a su hogar. Y a él ya no le importaba ni siquiera su empleo, sólo quería estar lo más tranquilo posible. Haberse alejado de Jaehyun había ayudado a su corazón a descansar.

Cuando regresó para poner las tazas frente a ellas, volvió a sentarse en su lugar. Él no estaba tomando café últimamente porque alteraba sus nervios y no quería necesitar medicamentos otra vez. 

Estaba luchando demasiado por evitarlos.

– Hoy podemos ir al mercado de artesanías. Seguro les gustarán muchas cosas. ¿Qué les parece? 

– Es una gran idea ¿A ti te gustaría hacer algo más, Bubu? – Hyo le dió un toquecito en la rodilla. 

– Uhm. – Yong pensó un minuto. No había mucho qué hacer ahí, de cualquier manera. – No. ¿Ir a la playa en la noche? Un ratito.

– Me parece bien mi amor.

Taeyong preparó el agua para poderse duchar. Aunque tenían regadera, el agua nunca salía caliente y él no soportaba el agua tibia, así que Hyo compró un calentador especialmente para él.

Las dos mujeres estuvieron listas bastante rápido, usando frescos vestidos y sandalias. Normalmente Taeyong caminaba delante de ellas, pues aunque no sabía a dónde ir, ellas le pedían caminar delante de esa manera para poder ir a su propio ritmo, sin prisas en quedarse atrás.

El mercado era demasiado grande y había prácticamente de todo, pero no hubo nada que le encantara a Taeyong para llevarse. La ropa era sobre todo para personas adultas y con un estilo muy aseñorado para su gusto o al contrario, con flores bordadas que no iban con su personalidad. Hyo y él compraron frutas y verduras para la semana, pues los precios eran mucho mejores que en Seúl y la mujer sabía que su hijo adoraba la fruta.

– ¿No te gusta nada mi amor? – las dos mujeres se habían comprado barnices para arreglarse las uñas, además de sombreros para cubrirse del sol. – Te compro algo por lo menos ¿Quieres un bote de helado?

– Aún tenemos de chocolate. 

– Uhm ¿Y algo de ahí?

Jihyo señaló uno de los negocios donde vendían cosas para niños. Taeyong se encogió de hombros, dejando que su madre lo llevara tomado de la mano para ver si algo le gustaba.