Good Girl (Zayn Malik y Selena Gomez)

Flashback

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Selena

*hace cinco años y tres meses y medio*

Me encantaba el sol. Ese era quizá el detalle que más me gustaba de vivir en donde vivía: todos los días había sol, en Texas.

-¿qué haces, monstruo-

Dijo mi hermano, asustándome y lanzándose encima mío.

-tomaba el sol, quítate Eric-

Le dije, riendo.

-¿quieres que juguemos?-

Me preguntó.

-claro-

Jugar con Eric era genial, la mayoría de veces me dejaba ganar, pero eso era lo bueno, siempre ganaba.

-okay, vamos a jugar a las escondidas, ¿listo?-

-sí-

Le dije, levantándome. Los dos entramos a la casa; mis padres no estaban, siempre mantenían ocupados.

-está bien, vamos a jugar hasta que llegue Chuck, y ahí vamos a dejar y tú vas a entrar a tu cuarto, como la niña buena que eres-

Le saqué la lengua.

-no entiendo porque nunca me dejas jugar contigo y con Chuck-

-porque jugamos a cosas de grandes y tú eres una niña de 11 años-

Me crucé de brazos y me hice la enojada.

-¿te vas a enojar conmigo?-

-pues sí-

Me había volteado y ahora no lo estaba viendo.

-lo siento monstrua, pero estoy loco por jugar contigo-

-pues yo...-

No pude seguir hablando, ya que Eric me estaba cargando. No pude evitar estallar en carcajadas.

-¿vas a jugar?-

-sí, sí-

Dije, mientras paraban mis risas y él me dejaba en el piso.

-bueno, yo cuento y tú te escondes-

Asentí, y esperé a que Eric se voleara para salir corriendo.

Obviamente hacía mucho ruido, pero era imposible no reírme. Comencé a ver en que lugares me podría esconder: la lavadora no, ya que siempre me escondía ahí, mi cuarto no, el de mis padres no...¿el de Eric?
Fue como una señal de los cielos, ya que su puerta estaba abierta. Reí un poco, mientras escuchaba que apenas iba en treinta.
Entré y busqué un lugar en el cual él nunca buscaría. Su armario tenía un compartimiento para la ropa sucia, el cual estaba al fondo de sus zapatos.

Nunca me buscaría ahí.

Volví a reír, mientras me iba metiendo con cuidado, en el compartimiento.

-¡cincuenta!-

Escuché como Eric comenzaba a subir las escaleras.

-¡te atrapé!-

Dijo, aunque, su voz se escuchaba lejana. Seguro había ido a buscar en mi cuarto; ja, yo era una genia.

Me tapé la boca con las dos manos, para que no pudiera escucharme.
Los minutos pasaban y no me encontraba. Estuve a puto de salir, pero siempre escuchaba pasos muy cerca; nunca había ganado en este juego, por lo menos nunca por merito propio y estaba dispuesta a cambiar eso.