Capítulo 6

4.2K 481 224
                                    

[Tarde] [Ocho de Abril] [06:11 p.m.]

Estabamos en mi casa, en el living, sentados en uno de los muebles. Mis padres seguían de viaje y Rubius estaba a punto de vestirse de chica.

Mi corazón estaba empezando a acelerarse, quería tranquilizarme, quería simplemente no explotar, pero me era imposible, joder.

—Vale, es hora —dije suspirando.

—Ok... —se puso de pie, agarró su maleta y fue hasta la escalera, me miró por unos segundos, parecía nervioso, mordió su labio inferir, joder... Eso me acabó por completo, respiré hondo, ya me sentía duro, parecía un jodido promiscuo excitándome por ese simple acto.

—¿Qué ocurre? —lo miré, serio—. Ve a cambiarte —señalé la escalera arriba.

—Sí, vale... —subió, rápidamente desviando la mirada.

Sólo me quedaba esperar.

No tengo ningún interés en tíos vestidos de tías, pero por el echo de ser Rubius me sentía excitado, bueno... No soy gay del todo, también me gustan las mujeres, he tenido sexo con más de una, aunque todas sean mayores que yo y jamás las haya amado... Veo porno hetero... Y me ponen las tías como los tíos, pero nadie me pone más duro que Rubius...

[Noche] [Ocho de Abril] [07:38 p.m.]

—¿Por qué demorará tanto? —Miré la hora en mi móvil, llevaba más de una hora arriba.

....

Narrador.

Rubén estaba en la habitación de Mangel, frente a el espejo, observándose, observando el vestido que llevaba puesto, tan femenino, tan rosa, tan... Para ella. Desvió sus ojos hacia el maquillaje que regó en la cama hace un momento, luego hacia los tacones en el suelo, y otra vez al espejo. Sabía que él no era ella, él nunca sería ella.

Se sentó en el filo de la cama, se sentía... Se sentía como ella, no..., ahora lucía como ella. Sonrió débilmente, con tristeza, observando su pecho, tocándolo y sintiendo... Nada, sin esas que la caracterizaba a ella.

—¿Acaso eres tonto...? —murmuró— Claro que no eres ella, gilipollas... —dijo para sí mismo—Jamás serás ella —su voz temblaba—. Eres él, y amas a una ella... No a un él.. Venga, ya —se encogió de hombros—, pero te gusta lucir como ella, Rubén, admítelo —murmuró, a penas con fuerza.

Sin seguir parloteando en su monólogo entristecedor, tomó uno de los tacones y se lo colocó, sonriendo con amplitud.

—Me quedan lindos —dijo, colocándose el otro par.

Después de tener puesto ambos tacones, se observó en el espejo que se encontraba frente a la cama, en la puerta de el closet. Se dio la vuelta casi bailando, su vestido se elevó por la acción, y luego se detuvo. Agarró la peluca que estaba dentro de su maleta y la sacó, acto seguido rápidamente se paró muy cerca del espejo y se colocó la peluca, castaña, lacia, como su cabello real. Se acomodó el flequillo y algunos mechones por delante de su hombro. Modeló para el espejo, sonriente. Luego paró, sin dejar de sonreír. 

—Vale, sólo falta una cosa —miró el maquillaje—. ¿Sería bueno pedirle a Mangel que me maquille?.... No, creo que... Mejor no —se dirigió a la cama y tomó la base para la cara, se sentó y agarró un espejito donde podía observarse. Con suma delicadeza cubrió su rostro con la base, luego le dio color a sus labios pasando así, de rosados a un rojo suave con brillo labial. Se rizó las pestañas, se colocó rimen y se delineó los ojos. Se puso un poco de colorete en los pómulos, peinó sus finas cejas y para finalizar esparció perfume por su cuerpo—. Creo que estoy lis... Listo —se puso de pie y salió de la habitación.

Estaba nervioso, no sabía como reaccionaría su mejor amigo, ¿qué tal si sentía asco?, un chico vestido de tía... Venga, eso es... Raro, ¿no?.

Antes de bajar los escalones, pensó en algo que lo puso tenso, ¿no debía desequilibrarse?, era su "primera vez" con tacones, Miguel no sabía que... Bueno, no importa, sólo debía aparentar no saber andar con tacones.

Lentamente y agarrando con fuerza su vestido, bajó las escaleras, casi temblequeandole las manos y las piernas, joder, menuda verguenza.

Miró hacia su amigo, quien lo estaba observando, con esos penetrantes ojos azabaches, ese rostro tan serio, desinteresado, frío. Ese rostro tan encantador.

—¿Có... Cómo me veo? —sonrió, sintiendo sus mejillas arder y sus ojos casi llorar de la verguenza.

—Wow... —fue lo que soltó el otro. Rubén en seguida desvió su mirada— Estás... Luces, como una mujer —los ojos del peli-negro brillaban, pero de lacividad, deseo, lujuria, como cual lobo hambriento observa a una pequeña oveja lejos del rebaño. Eso Rubén no lo notó, como tantas cosas que ignora, tantas cosas... Todo por que nunca tenía idea, como una ingenua ovejita, desconociendo las peligrosas garras de su depredador.

Nota: ACLARO QUE EL FANFIC NO TRATA DE RUBÉN TRAVESTI :v
¡Gracias a todos por sus comentarios, son unos amores, TODOS y TODAS<3!
¡Les veo el Miércoles :)! Chaop ñwñ/ 

Malos pensamientos #1. ➝RubelangelOnde histórias criam vida. Descubra agora