Capítulo 3.- El primer encuentro

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Martes de aquella semana, la mañana era fría, normal para aquella época del año, debido a que se encontraban en invierno, pero ya solo se sentían los últimos efectos de la estación, pronto llegaría la primavera.

El campus de la universidad era inmenso, debido a que la mayoría de las carreras se encontraban dentro de ella, motivo para que cierto grupo de chicos pudiera convivir bastante tiempo juntos.

Jackson salió de su casa a las 7:30 a.m., como lo hacía todos los días, su primera clase era a las 8:00 a.m. y si algo le había enseñado Aster Overland, era a jamás llegar tarde a sus compromisos, Jack prefería llegar 10 minutos antes y esperar a los demás que el dejar esperando a las demás personas, debido a que era una falta de respeto hacia la persona. 7:45 a.m. Jack se encontraba buscando donde aparcar su auto en el estacionamiento, debido a que ese día había mucho movimiento, y más para esa hora de la mañana; por suerte encontró un lugar algo alejado de la puerta principal de su edificio, pero no le importo caminar un poco.

Jack

Repasaba mentalmente que no se me hubiera olvidado nada, y hacía una lista de las cosas que debía hacer aquel día, caminaba sin prestarle mucha atención a los grupos de estudiantes que se encontraban en el estacionamiento

Mientras me acercaba al edificio, una de las cintas de mis zapatos se desamarró, me agaché a anudarla de nuevo. Cuando levanté la mirada hubo un grupo reunido alrededor de una camioneta Gran Cherokee de color blanca, que me llamó la atención; era un grupo de 7 personas, 3 hombres y 4 mujeres. Sobre la cajuela se encontraban recargados un chico y dos chicas, y hubo una de ellas que llamó mi atención por completo. Una chica rubia de cabello platinado, se encontraba justo en el centro del grupo, la miré por unos momentos y ella se dio cuenta, hicimos contacto visual y me sonrió, ese gesto me paralizó por completo

- ¡Principito! - me grito el chico que estaba a su lado, por inercia voltee a ambos lados para verificar que me estuvieran hablando a mí – ¡Sí tú, tranquilo, la rubia no muerde! - gritó el chico y después comenzó a reír

- ¡Lo hace solo si se lo permites! – gritó la chica pelirroja que estaba al lado de la rubia

Todos comenzaron a reír yo solo me hice disimulado y seguí mi camino, tratando de pasar desapercibido e ignorando ese comentario, fingiendo que no iba dirigido hacia mi persona, pronto llegué al edificio con toda la actitud para afrontar otro día de clases.

Elsa

Los Riders solíamos llegar juntos a la universidad, o eso tratábamos de hacer, los martes mis hermanos y yo entrabamos a las 7:00 a.m. el resto de la banda a las 8:00 a.m., y aunque usted no lo crea, en las universidades lujosas, los maestros también son unos irresponsables y a veces les da la gana no ir a dar clases. Hoy era uno de esos días.

Esperamos en el estacionamiento a que llegara el resto de nosotros, y después de mi clase de 7:00 a.m., mi siguiente clase era hasta las 9:00 a.m., así que, gracias a los maestros, mis hermanos y yo teníamos bastante tiempo libre.

7:30 a.m. la Grand Cherokee de mis primos se estacionaba junto a nuestro Pointer, y el Sentra de Pincel también hacia su entrada. Pronto nos reunimos alrededor de la camioneta de mis primos y comenzamos a hablar de lo que había pasado la noche anterior

- ¡Aún no puedo creer que me hayas dejado convencer! – exclamaba Flynn somnoliento

- ¿Qué dices? ¡Fue lo mejor que pudiste haber hecho!, ¡Bienvenida a los Riders "Princesa"! - Tadashi abrazaba a Anna con fuerza.

Tadashi tenía 24 años, al igual que Flynn, alto 1.95 m, fornido, atlético, de cabello y ojos oscuros

- ¡Gracias Tad, pero no respiro! – Anna se quejó

- Tengo una pregunta – intervino Hiro, 20 años, 1.75 m, delgado, apenas comenzaban a notar los frutos del gimnasio, cabello oscuro desordenado y ojos grandes y marrones

- ¿Qué duda tienes ardilla? – lo molestó Tadashi

- No era para ti la pregunta, alce – le respondió Hiro tajantemente

- ¡Suficiente Rocky y Bullwinkle! – gritó Mérida

- Gracias, la pregunta es ¿Por qué ni Tadashi ni yo tenemos apodo dentro de la banda? – preguntó

- ¿Quieres un apodo? ¿No les es suficiente con el nombre? – respondió Rapunzel, al igual que Hiro ella tiene 20 años, era de tez canela, su cabello era rubio, tenía los ojos grandes y verdes, nariz pequeña y respingada, sus labios tenían una forma de corazón, era de complexión delgada y tenía sus curvas definidas - ¿Aún yo no comprendo por qué el apodo de "Cereza"? –

- ¿Tengo que recordarte el musical del año pasado "Oh Sherrie"? – le respondió Tadashi

- ¿No hay manera de cambiarlo? – preguntó curiosa

Flynn estaba a punto de responder, cuando sentí una mirada, al alzar la vista vi a un chico de cabello blanco y le sonreí, Tadashi lo notó

- ¡Principito! – le gritó, el chico volteó a ambos lados para ver si no le hablaban a alguien más– ¡Sí tú, tranquilo, la rubia no muerde! – terminó Tad y comenzó a reír

- ¡Lo hace solo si se lo permites! – gritó Mérida en tono pícaro, por inercia todos comenzamos a reír

El pobre chico se alejó haciéndose el disimulado, pero puedo asegurar que si le incomodaron los comentarios de mis primos

- ¡Mérida DunBroch Fitzherbert! – exclamé entre risas. Mérida es de mi edad de piel bronceada, ojos grandes y verdes, pelirroja y con el cabello super rizado y de complexión parecida a la de Pincel

- ¿Qué? – dijo ella aun sin parar de reír

- ¿Cómo que qué? ¿A qué venían sus comentarios? – dije mientras señalaba a mi par de primos

- Rubia, el principito se te quedaba viendo como idiota – exclamó Tadashi y aún continuaban las risas, yo sentí como la sangre se acumulaba en mis mejillas por el evento que acababa de pasar

- ¿Crees que haya caído a los pies de "La reina de las nieves"? – Pincel exclamó de manera burlona y su comentario me molestó

- ¿Qué te parece si mejor te callas? – le respondí alzando la voz

- ¡Elsa! – ese fue Flynn, jamás me decía Elsa, a no ser que estuviera molesto o quisiera calmarme

La relación que tenía con Rapunzel era complicada, me caía bien, pero no la consideraba mi mejor amiga, ella se llevaba mejor con Mérida, y era algo que me molestaba, porque Mér era mi única prima y con quien me la llevaba de maravilla

- Me tengo que ir – respondí después de haber respirado profundo para tratar de calmarme - Los veré en la noche, competiré contra la llovizna – exclamé con sarcasmo

- "La reina de las nieves" contra "Tormenta", creo que ya sé cuál es el resultado de esa carrera – exclamó Anna aún con ironía, le di una mirada severa, luego rodé los ojos y me fui al edificio de la carrera. Decidí pasar el tiempo que me quedaba hasta las 9:00 a.m. en la biblioteca.

Jack

Mi segunda clase era a las 9:00 a.m., caminaba con dirección hacia el aula donde se impartía la materia, Derecho Civil II, cuando llegué al salón, la mayoría de mis compañeros ya se encontraban ahí, cosa extraña, ya que no había llegado el profesor; como de costumbre me senté justo en frente del escritorio, para no perder la costumbre, creo que debo comenzar a cambiarlas, y también unos cuantos hábitos. Minutos después el profesor llego y comenzó su clase, apenas era la segunda semana del semestre y yo ya estaba faltando a mis hábitos, no podía concentrarme, algo en mi cabeza me lo impedía, y eso era más bien un alguien, y ese alguien era esa chica, esa chica que me había dedicado una sonrisa, o quiero pensar que me la dedico, también recordaba el incidente con ese grupo de chicos que la acompañaba, el profesor notó mi falta de atención

- ¿Todo está bien, señor Overland? – preguntó en tono severo

- Sí maestro, estaba analizando la situación que usted nos acaba de plantear, y pensaba cuál sería la mejor táctica de abordarlo – conteste por simple inercia, el profesor quedó conforme con aquella respuesta y continúo con su clase. A pesar de estar de modo inconsciente prestando atención a clase, solo podía pensar en ella y su sonrisa.

Carrera por un amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora