Capítulo 34.- No sé cuando sucedió pero...

3.4K 172 11
                                    

Maratón (3/4)
Mérida

Después de que Hiccup y yo tuvimos aquella extraña cita, digamos que comenzamos a pasar más tiempo juntos, y eso me encantaba, me la llevaba muy bien con él y era una relación algo extraña, nos tratábamos como amigos, nos peleábamos como si me peleara con Tadashi o con Hiro, pero había momentos en el que me celaba como si fuera mi novio, y eso era lo que me tenía por las noches despierta ¿acaso yo la gran Mérida DunBronch Fitzherbert me había enamorado? Y si así era ¿estaba enamorada de Hiccup? Y si mis emociones me hacían una mala pasada y todo era una ilusión ¿Hicc sentía algo por mí?

Malditas preguntas que en este momento las detestaba con cada partícula de mí ser, o sea ¿Qué rayos me está pasando?

*Bzzzz *Bzzz

Ese era el estúpido teléfono que estaba en vibrador, vi la hora 9:30 a.m. mierda, me había quedo dormida y no había ido a la escuela

-Bueno- conteste mal humorada

-Buenos días bella durmiente- dijo él, el castaño de ojos verdes que no me dejaba dormir

-¿Qué quieres Hicc?- ya le decía por su nombre

-Pues quisiera muchas cosas, pero en este momento, saca tu linda figura de la cama, arréglate que paso por ti en media hora, te secuestrare hoy- dijo el bromeando

-¿Te das cuenta de que quieres que me pintee las clases?- dije aun media dormida

-Mér, es sábado, hoy no tienes clases- dijo él y escuche como se burlaba de mí

-Te odio- dije y le colgué

Un momento, estoy aun dormida o Hiccup dijo que quería pasara el día conmigo, no me iba a quedar descubriendo si son peras o son manzanas así que corrí a la regadera y me di un baño lo más rápido que pude, salí y me puse a revolver el closet, como no me había dicho nada Hicc de que haríamos hoy, decidí ponerme un pantalón de mezclilla, una blusa básica gris y encima una camisa a cuadros verde, me puse mis botas y deje mi cabello suelto, que aunque hubiera querido, no quería cooperar conmigo, desventaja mil ocho mil de tener el cabello tan rizado como la cola de un cerdo

Dejando mí metáfora atrás ya eran las 10 y estaba sola en casa, mamá había ido a dar sus cursos de etiqueta y protocolo, Tadashi y papá estaban en el taller y Hiro estaba en un congreso exponiendo su proyecto de robótica, entonces tocaron la puerta, la abrí y ahí estaba el

-Ni creas que te espié- dijo al ver mi vestimenta y yo al ver la suya, estábamos vestidos exactamente iguales, a excepción de que su camisa era roja

-Está bien, si alguien nos ve en la calle, diremos que somos gemelos y que nos vestimos iguales- dije riéndome

-¿Gemelos? Claro, como nos parecemos tanto- dijo con su tono de sarcasmo, yo solo le di un golpe en el brazo

-Cuando dejes de hacer tus bromitas, me dices- dije haciéndome la digna

-Ya Mer, deja de llorar, toma tus cosas y vámonos- me dijo animadamente, hice lo que me pidió y deje una nota en la cocina

*Salí a pasear con Hiccup, regreso tarde

Pd. No tengo idea a donde iremos

Pd2. Si no vuelvo antes de las 11:00 pm llamen a la policía

Mer*

-Lista- dije una vez que estuve afuera

Hiccup

-Bien, dime que no te dan miedo las alturas ni los deportes extremos- dije rogando que Mérida no fuera una chica así, porque si no, todo valdría queque

Carrera por un amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora