Carrera por un amor

Capítulo 14.- Un encuentro no tan grato

MéridaDespués de desayunar, subí a lavarme los dientes, me despedí de mi mamá y en vista de que Tadashi se llevó a Hiro en la moto y la verdad no tenía ánimos de llevarme ninguno de los autos, y mucho menos caminar, tome mi casco y me monté en la bicicleta

Iba tranquilamente, a pesar de que ya iba tarde, bastante debería decir, pero no me preocupe, además mi maestro siempre llegaba tarde y si no entraba a clase Anna o Pincel me pasarían los apuntes. En aquel instante me toco una luz roja de semáforo y me di cuenta de que detrás de mí venía un muchacho en bicicleta, lo mire de reojo y no le di mucha importancia, la luz cambio a verde y volví a pedalear, el tipo me alcanzó y tenía intenciones de querer rebasarme, no le di importancia, al contario, me orillé un poco para que me rebasara, yo no tenía prisa y no iba a dejar que me estuvieran presionando, seguí pedaleando sin darle ninguna muestra de molestia o enojo, hasta que se me cerró, provocando que perdiera el equilibrio y por poco caer

- ¡¿Qué te pasa?!- Le grité después de tratar de recuperar el equilibrio

- ¿Cómo que me pasa, que te pasa a ti pelirroja? – me dijo el tipo, él se había caído

- ¿Estás ciego? – dije sacudiéndome las manos, las tenía rojas de haberme agarrado fuerte para no caerme

-Creo que la... - no termino de hablar el tipo, levanto la vista y se me quedo viendo unos minutos - ¿" Grizly"?

- ¿" Furia nocturna"? – dije reaccionando

- Lo siento mucho "Grizly", nunca pensé que se tratara de ti – se levantó y se sacudió la tierra

- Yo tampoco me imaginé que fueras tú quien me venía presionando – dije tratando de sonar calmada, pero me había alterado

- No te venía presionando, solo es que, se nota que no usas mucho la bicicleta – dijo él con algo de fastidio en su voz

- ¿Disculpa? – dije molesta

- Sí, no te lo tomes a mal, sino más bien, es que serpenteas mucho, por eso trataba de pasarte, porque me venías distrayendo – dijo él tratando de arreglar la situación

- ¿Ok? Haré de cuenta de que te creo – dije tratando de sonar calmada

- ¿Gracias? – dijo él confundido y dejó escapar una ligera y bonita sonrisa, ¿pero qué demonios acabo de pensar?, ¿estoy pensando que bien de la sonrisa de un "Dragón"

- De nada – dije amablemente

- ¿Irás mañana a la iniciación? – dijo él sorpresivamente

-Sí ¿por qué la pregunta? – conteste intranquila

- Es que, es que "Tormenta" – dijo él algo apenado

- ¡Sabía que había gato encerrado! – exclamé con sarcasmo