Black (Ross Lynch) (Hot)

Capítulo 18

________ sale de nuestra habitación y se detiene de golpe cuando me ve dejar las llaves en la mesa.

"Ya lo sabe" me dice mi subconsciente.
"No hay manera de que pueda saberlo, nadie nos vió." me respondo solo para tranquilizarme y no salir corriendo.

Soy consciente de que yo también me he quedado congelado junto a la entrada.

Me observa de pies a cabeza, se detiene en mi corbata hecha un desastre y luego me mira a los ojos.

¿Qué se supone que debo hacer? Ya no la puedo ver igual.
La culpa me consume.
Le he engañado y lo peor es que no quería determe, no me hubiera detenido.

-Hola.

Su voz me llega desde el otro lado.

Está cansada.
Tal vez la he despertado, sí. Está con shorts y una camiseta mía. Le ha dicho adios a todo el maquillaje que traía puesto y su cabello está húmedo.

Podría preguntarme a que hora llegó y con quien, pero ahora solo tengo tiempo para pensar en algo:
¿Ya lo sabe?

-Hay nuggets en el microondas...por si tienes hambre.

¿Qué?
Ok, tal vez aún no lo sabe.

-No tengo, pero gracias.

Aprieta los labios hasta tenerlos en una fina línea.

Tal vez debí aceptar los nuggets.

Pero envés de volver a la habitación, camina hacia mí.

Mierda.

Sus largas piernas se pasean por la oscuridad del salón y su silueta se dibuja contra la luz que entra por las ventanas.

Cuando llega hasta mí toma mi mano en sus largos y calidos dedos y me lleva hasta el salón.

La sigo sin decir nada.
Parece que las palabras se han quedado atascadas en el fondo de mi garganta.

-Necesito hablar contigo.

Oh, mierda.

-Claro.- mi voz sale de algun lado.

Me indica que me siente en el sofá y luego ella lo hace.

¿De que quiere hablar?

Ya lo sabe.

Mierda, Ross.
Ya lo sabe.

¿Fue Ryland?
Nadie más pudo vernos.
Contengo la respiración.
Ella separa los labios...

-Solo quiero que sepas que se lo dije a mi padre.

¿Qué?
¿Le dijo a su padre?
Le dijo a su padre que la engañe.
Mierda.

Estoy seguro que mi expresión muestra lo horrorizado que estoy.

_______ parece algo confundida.

-Le dije y, ya sabes que es policía, entonces llamó a algunos de sus amigos y les pidió que lo ayuden.

Mierda.

Me pongo de pie violentamente.

-No tenías que llamar a nadie, si tu no quieres estar conmigo...- reprimo el dolor en mi voz.- Es entre los dos.

Ella también se pone de pie.

-¿Qué?

-Sí, no tenías porque decirle a tu padre. ¿Quieres que tenga una opinión aún peor sobre mí?