Capítulo 9.

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Llamo a una puerta y como no obtengo respuesta, llamo a la siguiente.

Stephen la abre fuertemente y cuando ve que soy yo rueda los ojos. Luego, deja la puerta abierta y se sienta en su cama.

-Niñata.

Su forma de saludar hace que apriete los puños.

-No soy una niñata.

-Para mí sí.

Camino hacía él y me paro frente a la cama.

-Devuélveme mi zapato.

-No- Sonríe mostrando sus dientes.

-Idiota- Espeto mirandolo con odio mientras me giro.

-Si quieres tu zapato, te propongo algo.

Me volteo para mirarlo y lo observo como se coloca: con los brazos tras su cabeza, apoyados en la pared.

-Te escucho- Digo curiosa.

Carraspea y alza una ceja.

-Acompañame a un lugar.

Niego frenéticamente.

-No confío en ti.

-¿Y?- Sonríe- Me importa una mierda si confías o no en mí.

¡Es tan grosero!

-¿Debo preocuparme?

-Siempre- Espeta sonriendo lobuno.

Muerdo mi labio sin saber que hacer.

¿Iría con el peligroso Stephen sólo por un zapato?

Bueno, puede que todo se esté yendo de las manos. Sólo quería y quiero recuperar mi zapato pero, como siempre algo tiene que interponerse en mi camino.

-No es para mañana, niñata.

Gruño y me coloco frente a él.

-Estoy harta de ti y de que siempre te estés burlando de mí. Eres un grosero, irrespetuoso, idiota, por no decir bastante molesto y además eres...

Antes de que lo vea venir, mis labios han sido sellados por los de Stephen. Mi boca se abre por la sorpresa y mis ojos igual, junto con los de él. Sus oscuros y penetrantes ojos me observan mientras siento sus labios moverse sobre los míos.

Estoy en shock.

No es que sea mi primer beso, no, nada de eso. Tuve novios, (pocos) pero nada importante, no tenía tiempo para ellos.

Su boca se separa de la mía dejando un cálido sabor en ella.

-No había forma de que te callaras- Dice gruñendo y frunciendo el ceño.

Aprieto los puños.

-¡No vuelvas a besarme!- Exclamo molesta y sonrojada a la vez.

-No te lo creas tanto, niñata. Ha sido una emergencia.

Después, se levanta de la cama y camina hasta la puerta.

-¿Vienes?- Pregunta de espaldas.

Llevo inconscientemente mis dedos a mis labios y los acaricio.
Muevo la cabeza intentando volver a la realidad.

Las palabras salen de mi boca antes de que pueda pararlas.

-Sí- Murmuro.

La curiosidad mató al gato...

Pero el gato murió sabiendo.

° ° °

-No. No, y no -Digo lentamente retrocediendo.

Miedo. [#Wattys2016]Where stories live. Discover now