Capítulo 42.

297K 14.1K 5.7K
                                    

-¡Estúpida! -Su bofetada hace que gire la cabeza.

Se limpia con enfado los restos de mi saliva mientras me mira con odio.

Pero el único dolor que siento es en el corazón. Mi corazón partido.

Un sabor metálico se instala en mi boca y con la lengua descubro de donde sale. Me ha partido el labio.

-¿Por qué? -susurro -¿Por qué queréis hacerme esto? Yo no tengo nada que ver con los trapicheos de mis padres... yo... ¡Yo no pertenezco a este mundo!

-Estás tan dentro como Stephen y yo.

Escuchar en la boca de Adam, el nombre del chico de tatuajes hace que un escalofrío me recorra los brazos.

Unos gritos en el exterior de la habitación interrumpen mi respuesta. Por la puerta aparece un hombre vestido de negro, con unas gafas de sol y con la apariencia de guarda de seguridad escrito en un cartel con luces de neón. Sostiene de un brazo a Stephen, que se retuerce como una culebra.

-¡Malditos traidores! ¡Confíe en vosotros! ¡Arthur te voy a matar, bastardo! ¡Me has destrozado la...!

Sus ojos me observan cuando el armario andante lo deja frente a nosotros. Entonces si que no aguanto más, rompo a llorar; como la niñata que soy.

-¿Ya te lo han dicho? -Adam mueve su mano con desdén y con su dedo índice lo señala -. Jake, atalo junto a la chica.

-¡No! ¡Dijisteis que él no la tocaría! ¡Lo jurasteis! -grita Stephen mirándome. Sus palabras hacen que tiemble.

-Nunca. Nunca jamás creas la palabra de una banda desesperada. ¿Me has oído, gilipollas? Jamás. -Con una risa seca, se despide del hombre.

-¡Hijo de puta! ¡Te ibas a mantener al margen!

-¿Sí? -hace un puchero falso, tan falso como él y da una patada en el estómago de Stephen. Éste se queja pero no se inmuta -No puedo mantenerme al margen cuando todo se trata de esta preciosidad.

Su asquerosa mano coge mi mentón y me alza la cabeza. Con los ojos vidriosos intento esquivar su mirada pero él me obliga a mantenersela.

-Tu querido Stephen te ha mentido, Al.

-¡No lo escuches, Alice! -lo ignoro y me centro en Adam.

-¿En qué me ha mentido? ¿En qué sentía algo por mí? ¿O quizá en qué siempre ha estado fingiendo?

Adam suelta una carcajada y me suelta.

-¡Din din din, respuesta correcta!

Cuando una lágrima intenta colarse en mi boca, la elimino frotando mis labios.

-Niñata... lo siento. Lo siento de verdad. Me la han jugado tanto como a ti. Lo siento, cariño.

En otro momento esa demostración de arrepentimiento me habría robado el corazón. Si tuviera... porque ha hecho falta que me traicionara para que me dé cuenta de que estoy enamorada hasta las cejas del chico que hay junto a mí. Me ha robado el corazón.

-¿Cómo has podido? Después de la noche que pasamos... después de todo lo que hemos compartido. ¡Maldita sea!

-¡Lo sé! ¡Lo sé, por el amor de Dios! Solo miré por tu seguridad y mira donde estamos. Mirame, Alice, mirame.

No lo hago. No lo haré, por mucho que quiera.

-Necesito que me mires. Por favor...

-No has oído qué no quiere, idiota. -Masculla el otro.

Miedo. [#Wattys2016]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora