Capítulo 11.

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Abro la puerta rápidamente y me adentro en la casa. Camino con el corazón a mil hasta el salón y mis ojos se abren demasiado y juro que debo estar pálidas en este momento.

Los labios de Alex se mueven frenéticamente sobre los de Emily. Sofoco un grito de sorpresa y los dos se separan.

Alex me dedica una sonrisa mostrando sus blancos dientes, mientras que Emily aparta la mirada colorada.

—¡Me va a dar algo!— Exclamo aventadome al sofá.

Demasiadas emociones en un día.
Tapo mi cara con las dos manos y escucho la puerta del salón cerrarse.

—¿Qué pasa?— Pregunta Stephen y detecto un tono cansado en su voz.

—Nada— Digo apoyando mi cabeza en el respaldo del sofá frente a la "parejita".

Iugh.

—Alice, puedo explicar...— La corto.

—Sé lo que vi, mejor no digas nada— Digo mirándola severa.

—¿Qué has hecho, Alex?— Pregunta Stephen apoyando su cadera en el sofá en el que me encuentro.

—Nada, solo nos besabamos. Alice es una exagerada.

—¡Por el amor de Dios! ¡Es una niña! ¿Y tú, cuantos años tienes, 21?

—No, Al. No lo soy. Estoy harta de que me trates como si fuera una— Emily se cruza de brazos mirándome seria.

—Tengo diecinueve, Alice.

Sorprendida, intento calmar mi interior respirando lentamente.

Tras unos minutos en silencio, Stephen decide cortarlo.

—¿Tenéis hambre?— Se rasca la nuca.

—¡Sí!— Exclama Alex y Emily lo apoya.

La mirada de Stephen cae en mí y alza una ceja, esperando a que responda.

No respondo y me cruzo de brazos molesta.

Es injusto que todos estén contra mí.

Stephen se marcha de la habitación dejándome ahí sin saber que hacer. Emily y Alex pasan los minutos echándose miraditas de complicidad y tocandose las manos. Harta de ser la mala de la película me levanto con desgana e intento ir hacia donde está Stephen.

¿Por qué siempre voy hacía él?

No me entiendo.

Escucho ruidos cerca del salón y los sigo, hasta llegar a una pequeña cocina.

Stephen se encuentra en ella mientras se mueve hábil. Trocea verdura y lo oígo silbar, acompañando los golpes secos del cuchillo.

—¿Te quedarás ahí mirando siempre?— Pregunta sin despegar su mirada del cuchillo.

Niego aunque sé que él no puede verme y me acerco a observar lo que está preparando.

Nunca me hubiera esperado que un chico como Stephen cocinara.

No sé, es algo que no pensaba.

—¿Sabes cocinar?— Pregunto curiosa.

—Claro, no sólo me dedico a pelear, también sé otras cosas.

Asiento.

—¿Por qué te molesta tanto que tu prima pueda estar con Alex?

Miro su perfil, observando lo sexy que se encuentra cocinando.
—No me parece un chico bueno para ella— Le digo tragando saliva.

Miedo. [#Wattys2016]Where stories live. Discover now