hannibal.→ larry. (editando.)

17.

Otra bolsa más, otro cuerpo a su colección, otra persona a que degustar.

El lomo de cerdo, en este caso el lomo de Hanna, era una de sus partes favoritas. Esta noche tenía preparado algo especial para aquel castaño, que aguardaba en el sótano.

Casi nunca hacia ese platillo, pero cuando lo preparaba, era para una ocasión en verdad especial.

Dejó la bolsa en la entrada y caminó al sótano de nuevo, tenía que subir a la desdichada de Fiorella.

Bajó las escaleras y se encontró con un Louis sentado en la esquina, estaba hecho ovillo.

— ¿Te has asustado?— Preguntó burlón mientras levantaba la bolsa y la echaba al hombro.

Louis no respondió y se tapó la cara con ambas manos. Harry rodó los ojos y volvió a subir las escaleras.

El castaño levantó la mirada y se encontró, con que la puerta estaba abierta, tenía que escapar a como diera lugar, ahora se enteraba que lo tenía secuestrado un verdadero loco– asesino– violador.

Se levantó y corrió con todas sus fuerzas hacia su única escapatoria, pero antes de poder cruzarla, una masa mayor a la suya se había parado en medio del marco de la puerta.

— ¿A dónde ibas caramelito?— Preguntó serio.

Louis en esos momentos comenzó a retroceder y Harry a avanzar.

— Te hice una pregunta y espero y la contestes.— Dijo y luego de dar unas largas zancadas ya se encontraba frente al castaño.

— Yo.... Yo no iba a ningún lado.— Tartamudeó asustado.

— ¿No?— Preguntó ladeando la cabeza.— ¿Entonces?

— Yo... .— Se quedó callado al no saber que decir.— Sólo quería un poco de agua.

— ¿Por qué mientes Tomlinson?— Lo tomó desprevenido del cuero cabelludo.

— ¡Ah!— Exclamo de dolor cerrado los ojos.— No me gustan las mentiras.— Dijo tomándolo del mentón,  ahí fue  cuando el ojiazul abrió los ojos.

— ¿Entonces....... Por qué tú sí las dices?— Preguntó en un susurro casi audible, lo suficiente para que Harry lo escuchara y al instante una sonrisa socarrona se instalara en su rostro.

— Tienes agallas, pequeño.— Se acercó un poco más a él.— En este caso es diferente.

Y sin avisar, tomó a Louis desprevenido y en un fuerte jalón,  unió sus labios con los de él. Si Louis, tan sólo no se encontrara en esa situación, con gusto le hubiera seguido, pero no, eso solo hizo que con la poca fuerza que poseía, mordiera fuertemente su labio y golpeara duramente su entrepierna. H por inercia lo soltó, dándole a Louis tiempo para correr.

Subió las escaleras torpemente y abrió de par en par aquella infernal puerta. Lamentablemente antes de siquiera echarse a correr lejos, una fuerza superior a la suya, hizo que se estampara contra la fría pared.

— ¿Tratando de escapar, caramelito?— Preguntó en su oído, Louis aún se encontraba de espaldas a él.

— No yo.....— Fue callado por el grito estruendoso del ruloso.

— ¡Cierra la puta boca de una vez!— Gritó golpeado con el puño cerrado la pared, cerca de donde Louis se encontraba.— No mientas más, joder.

Después de eso sólo hubo una cosa, silencio.

Louis no hizo ningún movimiento y por lo visto Styles tampoco. La respiración irregular del rizado se escuchaba cerca del oído del mas bajo, sus grandes manos se encontraban a los costados del cuerpo de Louis, sin alguna intensión de ser movidas.

— Ahora.— Habló Harry quitando ambas manos y volteando el cuerpo de Louis.— No haré nada de lo que me gustaría hacerte, sólo porque quiero hacer la cena primero, ya luego habrá tiempo de jugar y de romperte el culo.

Manoseó descaradamente el trasero de Louis y lo pegó a él con un solo movimiento.— ¿Sientes esto?.— Tomó la mano del menor y la pegó a su ahora notable erección.— Es por ti bebé, ¿ves como me pones?

Besó tiernamente su nariz y se separó de él. Comenzó a caminar a la cocina y sin voltear dijo.— ¿Te quedaras ahí?

Louis tragó saliva y sin saber que más hacer lo siguió.

— ¿Qué harás de comer?— Preguntó temeroso viendo al rizado sacar carne del refrigerador.

— Lomo de cerdo servido con salsa cumberland de frutos rojos.

— ¡oh! se oye delicioso.— Dijo haciendo una mueca mientras tomaba asiento en la isla de la cocina.

— ¡Lo está!— Comenzó a hurgar y sacar ingredientes de la alacena.— Ahora ve a la sala y mira televisión, te avisaré cuando esté listo.

Louis asintió, no quería molestarlo, así que caminó hasta la enorme estancia donde tomó asiento en el sillón.

Antes de siquiera coger el control remoto, su vista se poso en un pedazo de tela aventado en el otro sofá. Se estiró un poco y con una mano lo jaló.

Frunció el ceño, esta chaqueta le parecía familiar, aun con la curiosidad dentro de él, comenzó a inspeccionarla rápidamente

— No puede ser.— Susurró abriendo los ojos de par en par.— Es la chaqueta de Hanna.

(🐰)