Si estas conmigo

Gran Día

Diann

Llegué a mi casa, hoy era mi cumpleaños. Había recibido muchos saludos de mis amigos y también de Margot.

Los únicos que faltaban eran mis padres y Steven.

-Cámbiate rápido. Iremos a la casa de las praderas -me apuró mi madre

Salí vestida como cualquier cosa. Hoy no tenía ganas de hacer absolutamente nada.

Ella me miró de pies a cabeza.

-¿Quieres parecer una chica sin clase? Vístete mejor -me dijo con desagrado

-Me siento cómoda así -me encogi de hombros

La ignoré y caminé hacia la sala.
Mica estaba sentada allí, tenía un vestido que parecía de princesa.

También estaba Diego que se levantó al verme.

-Hola -saludó -bonita ropa

-Lo sé -me dí una vuelta y sonreí

Mi ropa constaba de un buzo viejo que tenía guardado en lo más profundo de mi closet, y un polo deteñido demasiado holgado.

-¿A donde iremos? -preguntó

-A una mansión -me tiré al mueble

-Suena divertido -dijo emocionado

-Será todo lo contrario, y más con mis padres ahí

-Puedes llamar a algunos amigos si te apetece -mi padre apareció enternado

Solo lo miré, el salió sin decir más.

-¿Está bien llamarlos? -pregunté

-Si, mientras más gente haya será mejor -respondió Diego

Llamé a Zoe y Nicolás. Dudé en llamar a Steven, pero al final no lo hize.

-¿No llamarás a Steven?

-No -respondí

El asintió.

Pasaron unos minutos y aparecieron Zoe y Nicolás.

-¿Diann por que estas así? -preguntó Zoe

-Es mi nuevo estilo -reí

-¿Steven aún no llega? -Nicolás miro su reloj

-No lo llamé

-¿Por que? -preguntó asombrado

-No lo sé -suspiré

-Llámalo -ordenó

-No lo haré

Salí y les hice unas señas para que me siguieran.

Subimos a una limosina.

Llegamos a la las praderas luego de una hora.

Hacía demasiado calor como para estar con un buzo. Me maldije por haber traído puesto eso.

-Es como una mansión -dijo Zoe emocionada

-¿Por que no vives aquí? -preguntó Nicolás

-Prefiero la casa pequeña -mostré una sonrisa forzada

Mi madre ya se encontraba en la casa cuando entramos.

Miraba de pies a cabeza a mis amigos y sobre todo a mi.

-Hay dos cuartos arriba -dijo

Subimos sin decir nada.