Diann
Los policías me habían encerrado en la carceleta por una noche, no se si fue por tirarle el café a la chica o por estar borracha.
Pero era la primera vez que me había puesto así, ni siquiera actué mal con los policías para que me encierren por mucho tiempo. Me habían dado la opción de llamar a alguien para poder irme de aquí, yo no quería molestar a mis amigos y Margot estaba de viaje.
La única persona a la que llamaría, en este momento está ocupado con su nueva amiguita y estoy segura que tampoco vendría aunque le rogara.
-Hey chica, ¿no llamarás a alguien? -me preguntó un policía
-No
Me alcanzó unas mantas.
-Si tienes frío avisame, hay un calefactor ahí
-Gracias
El policía apagó las luces, todo se quedó en silencio. Habían otra tres carceletas junto a la mía. Esas estaban llenas se hombres mayores y borrachos, por suerte estoy sola aquí.
Bueno... no se si sea mala o buena suerte estar sola, algunas veces es mejor. Pero ahora necesitaba la compañía de alguien.
La manta era lo único que me cubría, me protegía, la único que me daba seguridad por ahora era eso, una simple manta.
Escuché unos pasos y las luces se encendieron.
-Mis papeles están en orden, simplemente no los tengo conmigo -era una voz familiar
-Entonces espera a que lo verifiquemos en la computadora, ¿su nombre cual es?
-Adam
Me acerqué para ver si se trataba del Adam que conocía. Choque con las rejas haciendo un severo ruido.
Él, que estaba de espaldas volteó. Me miró y volvió a darme la espalda.
Luego volteó nuevamente.
-¿Qué? -pronunció confundido
Se acercó hacia mi.
-¿Danna? ¿Que haces aquí?
-Larga historia -me encogí de hombros
-Te sacaré de aquí
Volvió a donde el policía.
-¿Cuanto es la fianza? -le preguntó
-Descuida, ya verifiqué tus datos, todo está en orden
-Me refería a ella -me señaló
-¿La conoces? Ella dijo que no tenía a nadie a quien llamar
Dan se quedó en silencio esperando a que el policía responda su pregunta.
-Son cien soles -respondió
Le entregó el dinero y el policía abrió mi celda.
Salimos de ahí y entré a su auto.
-¿Me dirás porqué estabas ahí?
-No es de tu incumbencia
A decir verdad me daba vergüenza contarle lo sucedido.
-Tu nunca has estado metida en estos tipos de problemas como para estar en la cárcel ¿que te pasó?
-¿Y qué? ¿Una persona no puede cambiar? ¿Acaso siempre tiene que ser la misma de siempre? -dije molesta
Dan arrancó el auto para evitar que salga.
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Si estas conmigo
RomanceDiann es una chica de 18 años que tiene una vida muy sola, sus padres son unos empresarios que no pasan tiempo con ella pues viajan constantemente. Pero tiene buenos amigos, así que para ella su vida es singularmente feliz. Un día un chico nuevo vi...