Si estas conmigo

Mi Todo

Diann

Abrí la puerta. Sentí la cálida brisa rozar mi rostro.

-¿Debería decir adiós? -dí un paso hacia afuera

No quería hacerlo.

-Tienes que decir adiós -sus palabras le dolían

Di otro paso. Ya me encontraba afuera, con la llave en mano. Si daba un paso más... ¿sería feliz?, y si retrocedía... ¿dejaría mi libertad?

Libertad, es una palabra con significado relativo, para mi libertad sería poder ser feliz con quien quiera y donde quiera.

-Vete ya, ¿que esperas?. Sé libre

¿En verdad el quería que me vaya?.Maldición, era imposible saberlo con certeza.

-Dime algo, una última cosa -le dije

-¿Qué cosa?

-¿Eres Steven Carson?

-¿Enloqueciste o qué? -dijo con tono de burla

-Respóndeme

-No responderé esa pregunta tan estúpida

No respondí esperando su respuesta.

-¿Y bien? ¿Acaso no sabes quien eres? -pregunté

-Soy Steven -dijo de mala gana

Reí estúpidamente.

-No. Tu no eres Steven. Ya no. El Steven que conocí no haría esto, no se dejaría vencer tan fácilmente

-¿Entonces quien soy? -gritó

-Eso no lo sé, tu eres el único que puede averiguarlo

Un silencio invadió el ambiente junto a una ligera brisa que corría.

-¿Me voy? -aún tenía la esperanza de que me detenga

No respondió.

-Steven... -murmuré

Volteé a verlo. Sus ojos estaban llorosos.

-No... no... no se que hacer

Solo nos dieron dos llaves. ¿Porqué solo dos? ¿Porqué fui yo la que tuvo que liberarse?

Dos malditas llaves. Sólo dos...

Espera. La primera llave solo abrió una cadena, pero esta llave abrió la puerta, entonces puede haber una pequeña posibilidad de que abra las cadenas de Steven.

Corrí rápidamente hacia él.

-Tus cadenas -jalé sus pies apresurada, me sentía ansiosa

-¿Qué haces?

Metí la llave en la cerradura. Suspiré, rogaba porque abriera y podamos salir juntos de aquí. Giré la llave...

-¡Maldita sea! -la llave no funcionó

Corrí nuevamente hacia la puerta y arrojé la llave hacia afuera gritando de frustración.

Luego cerré con fuerza la puerta.

-¿¡Qué acabas de hacer?! -Steven estaba desconcertado

-Nunca dije que me iría, nunca dije que te abandonaría -lloré

-Eres tonta -suspiró