6 - Ya no...

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Al día siguiente el pequeño cuerpo de mi hijo estaba listo para ser cremado. Pude asistir gracias a la ayuda de la enfermera quien me llevó en una silla de ruedas, todo hospital tenía un crematorio y este no era la excepción. Hanamiya-san también estaba allí, llevaba la misma ropa que la noche anterior y sus ojos estaban adornados por unas oscuras bolsas bajo ellos, lucia más pálido de lo normal pero no le preste mayor atención, en aquel momento solo podía fijar mis sentidos en el pequeño ataúd siendo cargado hasta el incinerador. Kate también estaba, tomó mi mano suavemente en todo momento, acto que no noté hasta cuando los empleados del lugar comenzaron a irse, me sonrió con dolor y pude ver sus ojos hinchados. Traté de devolverle la sonrisa pero era como si mi rostro hubiese olvidado hacer aquella expresión, mis labios se abrieron un poco y deje salir un "gracias" casi inaudible.

El dolor físico era menor en comparación con lo dañada que estaba mi alma, podía moverme lentamente y cuando fui al baño para ver mi horrible rostro en el espejo también noté otras cosas. Allí en mi vientre estaba la prueba irrefutable del crimen cometido, un corte de aproximado quince centímetros y los hilos quirúrgicos aun palpables, el contorno de aquella herida estaba enrojecida causando un dolor agudo cuando pasé mis dedos por ella. Además todo mi cuerpo estaba cubierto por zonas oscuras, una mezcla entre verdoso y negro; mis costillas, mi espalda, mis brazos y la sangre seca que se juntaba en la comisura de mis labios. Al regresar a mi habitación Kate seguía allí, sonriendo sin decir ninguna palabra, me ayudó a recostarme en la cama y cuando estaba tranquila decidió hablar.

-Cherie, sé que esto es duro, es verdad que no puedo entender el dolor que sientes en este momento pero quiero que sepas que puedes confiar en mí siempre. -Sus ojos pardos se notaban sinceros. - ¿De verdad Léa hizo esto?

Aquel nombre me dio nauseas, si bien ella no estuvo presente en aquella golpiza no pude evitar escuchar su nombre de la boca de mis agresoras y se lo comenté a Kate.

- ¿Por qué me preguntas?

-Hanamiya-san le hizo algo horrible... -soltó la brasileña -Él logró seguirte a los minutos que saliste de casa y pudo detener a esas mujeres antes que te mataran.

Mi cuerpo dejo escapar todo el calor que tenía, quedé impresionada ante aquello y seguí escuchando el relato de la castaña.

-Atrapó a unas de ellas y... la golpeó hasta sacarle información, el rostro de esa chica estaba irreconocible. -un escalofrió agitó el cuerpo de Kate y su expresión era de total horror -Cuando soltó el nombre de Léa... hizo lo mismo con ella pero... -Kate trago saliva, preparándose para lo que estaba por decir -no solo la torturó, le quemó el rostro y la acuchilló dejándola al borde de la muerte.

Intenté sentir un poco de lástima por esa chica pero no pude. Algo en mi interior estaba "conforme" con ese castigo, aunque hacer el favor de dejarla con vida era un privilegio, yo la habría estrangulado con mis propias manos, si estas tuvieran fuerza para algo más que mover los dedos.

- ¿Dónde está ella ahora?

-Hanamiya-san la encerró en un manicomio.

-Tiene dinero para hacer eso- solté en voz alta, creyendo que solo lo dije en mi mente. Era cierto, él tenía dinero para hacer eso y más sin que nadie nunca se enterase.

Pero no me importaba mucho lo que pasara con ella. ¿De qué serbia torturarla o intentar algo? Mi hijo ya estaba muerto y nada lo traería de vuelta. Le pedí a Kate que me dejara sola un momento, quería dormir, era el único lugar donde podía escapar de la realidad y soñar con los ojos de mi hijo.

Black Cherry [Hanamiya Makoto]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora