Capitulo 27

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Subimos al tren, camino al Capitolio. Vamos a nuestro vagon y dejamos las maletas alli. Yo me tumbé en la cama y me intente dormir, no queria estar todo el viaje pensando que iba al Capitolio. Peeta se quedo mirandome.

-¿Que?

-¿Quieres dormir?

-Que otra cosa se puede hacer en este maldito tren que no sea comer, mear o ducharse.-el se encogio de hombros, yo me gire dandole la espalda, el estaba de pie. Espere segundos y Peeta se marcho. No puedo creer que haya hablado con Delly. Hasta a él le pego, bueno si, son amigos de toda la vida, pero no puede seguir siendo amigo de ella. Hizo de todo. Aunque yo no soy quien para mandarle en su vida, y aun menos social, aunque sea su esposa. Me levante de la cama y fui hacia el comedor. Estaban Haymitch y Peeta hablando. Me sente con ellos, habia todo tipo de alimentos en la mesa. Haymitch y Peeta estaban hablando de sus cosas. Estuvimos hablando:

-Cuando lleguemos tendreis el resto de la tarde libre. Por la mañana ya empezara todo, vuestra habitacion sera como en los juegos, en el centeo de entrenamiento en el piso 12 ¿vale?

-Vale-dijo Peeta yo solo asenti.

-Bueno, me voy a por hielo, estos del tren no espabilan.-se levanta y se va.

-No puedo creer que hayas hablado con ella.

-Otra vez vamos a empezar con eso...-susurra Peeta, mas para si mismo.

-Es que es verdad Peeta.-me digo girandome bruscamente hacia el.

-Bueno perdoname, te avisare cuando vaya a hablar con ella.

-No no quiero eso.

-¿Entonces?

-No quiero mandar en tu vida social ni nada por el estilo... pero... quiero que te alejes de ella, que no vuelvas a hablarle y si te la cruzas por la calle que la ignores. Si te llama no cojas el telefono, si toca a la puerta no le abras y si se cuela por la ventana, si hace falta le das con una sarten en la cabeza y la llevas fuera inconsciente.-el me mira sorprendido.

-Vale.

-¿Vale?

-Vale.

-¿Asi de facil? Para eso no me preparo un dicurso...-digo eso ultimo en un susurro. Me levanto de la silla. Peeta se levanta tambien y quedamos frente a frente.-Una ultima cosa... lo de que te acuestes con Delly no-pero me interrumpe.

-Olvidalo, tampoco me lo cojo como algo serio. Total no me acostaria con otra mujer que fueras tu.-dice cogiendome por la cintura. Me ruborizo.

-Ahora que estamos... reconciliados... hay mas opciones que hacer en el tren.

-¿Como cuales?-dice haciendose el tonto. Yo le miro con cara de ¿no es obvio? El se encoge de hombros.

-Te lo voy a enseñar.

Le cojo de la mano y le llevo a nuestro vagón, justo cuando se cierra la puerta detras de Peeta, le acerco a mi y le beso apasionadamente. ¿Soy yo o cada vez que nos besamos despues de discutir, Peeta besa mejor? Enredo mis brazos en su cuello, nos movemos hasta que mi espalda toca la pared. Peeta se separa.

-Ya se por donde van los tiros.-dice, agitado.

Vuelve a atacar mis labios, le empiezo a subir la camiseta, se la quito del todo y la tire por algun lugar de la habitacion. El me quito la camiseta y el sujetador, a este paso, estabamos completatamente desnudos, y la fria pared chocaba contra mi espalda. Peeta acariciaba cada parte de mi cuerpo con sus manos, me mordió el lobulo de la oreja y empezo a bajar por mi cuello. Me cogio por los muslos y me levanto del suelo, enrede mis piernas en su cintura, eso hizo que nuestras intimidades rozaran y ambos soltamos un gemido. Entró en mi en una embestida y gemí, le cogi del cabello y le estire hacia atras no muy fuerte para no hacerle daño, salio de mi y volvio a entrar de nuevo y asi sucesivamente, todo se concentro en una sola parte de mi cuerpo y despues explote soltando un gemido medio grito, despues de otros segundos, Peeta tambien exploto todavia dentro de mi. Apoye mi cabeza en su hombro, teniamos la respiracion agitada y el corazon nos iba a mil, noté como caminaba, y me puso encima de la cama, despues se tumbo a a mi lado, y me abrazo por la cintura. Estabamos frente a frente a frente, me dio un beso en la frente.

-Deberias de demostrarme mas a menudo lo que podemos hacer en el tren reconciliados.-me dice Peeta. Yo me rio, despues de unos minutos en silencio le dije:

-Me lo pensare.

-¿El que?

-Lo de tener un bebé.

-¿Hablas enserio?-se alejo un poco de mi para mirarme a la cara.

-Si, enserio. Pero como no me dejes pensarlo te diré que no.

-Te dejo todo el tiempo que quieras para pensarlo.-me dijo, feliz. Esas fueron las ultimas palabras que oí cuando me dormí.

****

-Cariño, despierta, ya, vamos a llegar.-la voz de Peeta me despierta, abro los ojos lentamente y esta en frente mio, vestido. Me acaricia la cintura.-Venga, faltan unos minutos.-me da un beso en la frente y se sienta en una silla que hay al lado de la cama, me levanto de la cama, pero como estoy desnuda, cojo la sabana de la cama y me tapo, miro a Peeta, que pone los ojos en blancos.

-Sabes que no me importa verte, es más, estaria encantado...

-Te pareces a Haymitch-cojo la ropa del suelo, y me vuelvo a girar hacia Peeta.-¿Tienes sed?

-No.

-¿Hambre?

-No.

-¿Pis?

-No ¿Por?

-Nada-digo, gruñendo. Entro al baño que hay en la habitación, y me visto a ir. Cuando estoy lista salgo, Peeta esta sentado en el mismo sitio.-¿Porque a veces eres tan idiota?

-¿Porque a veces eres tan inocente?

-¿Porque a veces eres tan pesado?

-¿Porque a veces eres tan cabezona?

-¿Porque...-me interrumpe la voz del tren, que avisa que hemos llegado.-Ya estamos.-miro a Peeta a los ojos, y veo que esta asustado.-No pasará nada, vamos.-le cojo de la mano, le empujo un poco para que se levante, pero no quiere.-Peeta...-le digo, me agacho junto a él.-Venga, ahora no iremos a ningun sitio, nos adaptaremos de nuevo al centro de entrenamiento. Es solo una semana.-le acaricio la mano. Tocan a la puerta.

-¿Chicos? Ya estamos.-escuchamos a Haymitch al otro lado de la puerta.

-Si, ya vamos, un momento.-grito para que me oiga.-Si quieres... cambio la habitación, muevo algo de sitio, cambio las sabanas, lo que sea.-el asiente.-Bien vamos-nos levantamos, cogemos las maletas y salimos de la habitación de la mano. Esta esperando Haymitch fuera, cuando salimos del tren, es todo como antes... en los Juegos. La gente, sonriente, esperandonos en la estacion, para vernos morir en los Juegos. El terror acude a mi, no preocupandome por mi, si no por Peeta, el si que tiene problemas.

Todo puede cambiar | Katniss & PeetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora