4. LANA

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-Bienvenida, Aina.- dijo una dulce y suave voz femenina, que obviamente no era la de la guía.

Esa voz había resonado por todas partes, sin ningún foco concreto en medio de ese manto de espacio infinito. Era una voz fresca, complaciente, de las que habitualmente esperabas escuchar de un ayudante muy eficiente.

Aina, nerviosa, miraba hacia todos lados sin osar decir palabra, sólo acompañada por el sordo sonido de su respiración a su alrededor. Con el movimiento apreció que se encontraba como flotando, pero sin estar ahí, sin un cuerpo físico exceptuando unas manos virtuales bastante toscas, pero eso extrañamente no la incomodó: ellas se movían como si fueran suyas a su más mínimo pensamiento, por lo que imaginó que eran lo que debía usar en ese espacio sin fin para lo que tuviera que hacer. Lo que no sabía era sobre qué, pues allí no había nada.

Esperó un rato a que la voz prosiguiera, pero ante el persistente silencio al final se atrevió a hablar.

-¿Hola...? ¿Perdón...?- dijo esperando a continuación unos segundos, sin obtener respuesta alguna. -No sé exactamente qué debo hacer...- siguió, murmurando más para sí misma, algo preocupada.

-Proceda a seguir las instrucciones indicadas, por favor.- volvió a expresarse la voz, sobresaltándola. -Le sugiero que escoja la primera opción.

Cuando volvió a fijar la vista delante suyo había aparecido de la nada algo escrito flotando en el aire:

MENÚ
Crear personaje
Definir personaje
Definir pautas de juego
Empezar juego

"Oh, vaya... Bueno.", pensó después de leer las palabras flotantes. "Parece que de momento todo es bastante sencillo. Menos mal... No estuve muy atenta con lo que contaba la guía sobre este tema, y la tecnología no es lo mio."

Con el índice de la mano derecha presionó la primera opción tal y como le había sugerido la voz.

Iluminándose, la opción se desplegó convirtiéndose en una gran pantalla 3D en forma de cubo, en el centro de la cual aparecía una figura humanoide muy básica. A un lado de la pantalla había una serie de ordenes para poder cambiar la figura de forma a través de la especie a la que querías pertenecer, y lo cual se mostraba en pequeñito al lado de los nombres. Algunas eran antropomórficas y otras no del todo, como por ejemplo hadas, faunos, o sirenas... Fue repasando la lista con paciencia para ver qué encontraba.

"¡Oh... hay elfos, que bien! Me encantan."

Ni corta ni perezosa, indicó esa opción.

La figura cambió automáticamente a la forma básica de un elfo: delgado y esbelto, con orejas puntiagudas, nariz larga y fina, ojos almendrados,... La figura de un elfo perfecto... pero de hombre.

-¡Pero yo quiero una chica...!- exclamó Aina en voz alta sin percatarse. -¿Porqué me sale un hombre?- se quejó.

-Elegir el sexo de tu personaje es una opción apta. Debido al libre albedrío, el género del personaje no tiene porqué ir ligado al sexo original del jugador.

-¿Y cómo hago yo para cambiarle el sexo a mi personaje...?- le pregunta Aina a la máquina.

-Hay una opción cerca de la figura que se representa con el símbolo básico de hombre o mujer. Si la aprietas, la figura cambiará.

"A ver..." Sin perder la calma, buscó esa opción para cambiar el género de la figura. "Aquí." El dibujito era como los clásicos de los lavabos públicos. Redondito y menudito, en ese momento representaba a una mujer. Sin perder un segundo Aina lo seleccionó, y el resultado no se hizo esperar.

CASTLE WARSWhere stories live. Discover now