0.1

106 10 0
                                    

Tropecé con unos chicos en la entrada mientras estos me maldecían en voz alta, pero no me importo. Mi apuro era mayor que el de ellos. Sentía que no alcanzaría a llegar a mi destino. Estaba perdida aquí, y no sabía donde se encontraba el lugar al que quería llegar.

- Disculpe - dije con la voz que me quedaba a causa de ir corriendo - ¿Me podría decir donde se encuentran los resultados de los que van a ingresar a la universidad?

La señora que tenía frente a mi me miraba con cara de pocos amigos. Dirigió su mirada a lo que llevaba puesto e hizo un gesto que no quería volver a ver en mi vida. Tampoco era que fuera vestida tan mal, o tal vez un poco. Bueno, la verdad, sí era para que me mirarán pero no por demasiado tiempo.  

Siguió con su trabajo de hacerme sentir incómoda, así que yo también la analicé. Era baja, de tez morena y ojos pequeños. Tenía ojos de un tono obscuro, casi llegando a negro. Un negro especial, uno en el que no sabías si confiar o darte la vuelta. 

- Sí - murmuró, haciéndome pegar un salto de mi parte - en el primer piso, siempre están en el primer piso.

¿En qué piso estaba yo entonces?

- Y, ¿Este que piso es? - pregunté. Ella puso cara de exasperación.

- Estás en el octavo piso, querida - dijo pronunciando con desagrado la última palabra - toma el elevador que está derecho terminando este pasillo y llegarás primero.

Vaya que no le había caído bien. Y vaya que tampoco me importaba caerle bien. 

- Gracias - contesté mientras me dirigía al elevador.

Corrí al elevador y voltee a ver a la mujer que me observaba. Pestañeé confundida. ¿Por que me observaba tanto? 

Llegué al primer piso y me dirigí al montón de personas que estaban leyendo.

Estúpida, ¿Como no pudiste ver a semejante bola de gente aquí e ignorarlos como si no hubiera nada?

Esperé unos minutos para acercarme a ver las listas de los que habían quedado. Sentía nervios, miedo y confianza. Suspiré. Era la hora.

Hannah Madson

Audrey Jhonson

Josua Kyle

Madison Kidman

No podía ser. No puede ser.

- Lo logré - dije algo conmocionada mientras veía mi nombre en la lista de los alumnos aceptados - lo hice, he sido aceptada en la Universidad de Stanford, California.

Estaba terriblemente emocionada. Casi nadie, por una maldita beca, puede entrar ahí. Y aquí estoy. Aquí me encontraba. No podía creerlo, pero el sueño era completamente real ahora. 

- Todo va a ser mejor desde ahora, todo va a cambiar - susurré mientras caminaba directo a la salida. 

- Si que va a cambiar tu vida, querida - comentó una voz cerca - para mal tuyo, pero bien de un chico.

Una risa al fondo me quitó la sonrisa que tenía encima. Volteé a ver y ya no había nadie, al menos nadie que me hiciera caso. Hice lo que más quería hacer. Llegar a casa. 

¡Él destrozó mis sueños! [M.C]Where stories live. Discover now