Red riding hood

11K 449 487
                                    

A/O/B

Jugaremos en el bosque, mientras el lobo no está, por que si el lobo aparece a todos nos comerá, lobo lobito ¿Estas ahí?

"Loouiee, Loouie"

Lobo lobito ¿Estas ahí?

" Looouie"

Un Louis de 17 años brincando, tomado de las manos con sus hermanas y hermanos, de todos el mayor. Dando vueltas, con margaritas en el cabello y polen en los brazos.

Su madre grita a lo lejos desde la cabaña, y en la pradera apenas se ve su figura.

-¡ Ya voy !

Las risotadas de los niños se quedan en el enorme pastizal y Louis corre hasta su madre, que lo espera con una cesta de mimbre pequeña en las manos.

-Necesito que vayas con tu abuela, y le dejes esta canasta.

Dice la madre mostrando el interior.

- Está enferma y tengo que quedarme a cuidar a tus hermanos, pues tu padre esta en el pueblo, y no llegará hasta tarde. ¿Puedes ir por mi?

Louis asiente tres veces con las mejillas sonrojadas por haber saltado y corrido hace unos minutos, su corazón se hincha desmesurado al saber que iba a pasar por el bosque.

-Pero recuerda, debes irte por el camino que vigila el cazador y regresar lo más rápido que puedas. - Le advirtió ella dejando la cesta en sus pequeñas manos

-Estaré bien mamá - Dice Louis sonriéndole, entonces mira en su brazo y se da cuenta que ella tiene su caperuza roja ahí.

- De acuerdo - La madre acomoda la prenda sobre sus hombros y coloca la capucha sobre sus cabellos castaños.

Louis se aleja de ahí brincando y diciendo adiós con la mano a sus hermanitos, después a su madre, yendo por el sendero que llevaba al bosque hasta cubrirse por la copa de los árboles. Su sonrisa se abre más y mas, desde pequeño tenia una obsesión por el bosque, había algo en el que le hacia sentir seguro, una escencia parecida a la de su padre cuando le daba palmadas en la espalda.  Todos lo sabian, Louis estaba enamorado del bosque.

Muchas veces lo habían considerado como una enfermedad o un trauma, pues el niño no podía pasar mucho tiempo alejado de la arboleda. Su pecho se estiraba, su cabeza dolía. Por eso el no salia del área conocida: Su casa, el bosque, la casa de su abuela.

"¡Ten cuidado con el lobo!"

"¡Si mamá!"

A pesar de ser un omega con obvios y distintivos rasgos, Louis no era tan nervioso y asustadizo como los de su especie, tenia ciertos tintes de curiosidad en la sangre, alegría y mucha energía de infante. Así que los consejos de su madre fueron en vano y salió del sendero seguro, caminando hasta el fondo del bosque.

Ahí se recostó en el pasto a ver las nubes, robó unas cuantas uvas de la cestilla e incluso encontró un conejo blanco, el cual logró atrapar usando como anzuelo una ramita de Hierba.
Así estuvo una media hora, tomando flores para su cabello y adornando la cesta, las luces del atardecer le bañaban la piel con luz dorada cuando un olor profundo y delicioso le llenó la nariz. Se fué intensificando poco a poco, como una vela que calienta, ilumina y tiene aroma a bosque.

Sus pupilas se dilataron al instante, el ambiente parecía espeso, tenebroso. La caperuza se levantó con el viento que de pronto le golpeo el cuerpo, y olía como su padre, como sus hermanitos, como el sentimiento de seguridad que le daba todo el tiempo ese bosque, lo que había en él.

ONE SHOTS -DADDY'S KITTENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora