¡Hey GHOST!

Capítulo 03: "No Huyas."

Nota: No es Taehyung de BTS o de otro grupo. Sólo se uso el nombre.

--Hace 3 años atrás---

Él apenas era un año mayor que yo y se había mudado al edificio una tarde de vacaciones. Estaba cerrando la ventana de mi habitación cuando vi llegar el camión de mudanza unos pisos más abajo, invadido por la curiosidad quise quedarme a ver pero mi madre me llamó desde la sala. Bajé las escaleras que conducían a la blanca y bien decorada sala de mi casa. No podía decirse que éramos ricos, pero mis padres ganaban lo bastante bien para mantener algunos gustos. Mi padre era un cirujano y casi nunca estaba ya que debía cumplir los turnos de operaciones. Mi madre solía estar por las tardes en casa, pero cuando comenzara de nuevo el colegio, ella aceptaría su ascenso en un estudio de abogados lo cual eran tres horas más de trabajo.

-¿Me llamabas madre?-dije.

-Si querido, ¿quieres que te haga unas galletas?- aquello me ilusionó como siempre desde los 5 años.

-Si madre.- esa mujer sí que cocina bien.

-Bien, entonces toma esta tarjeta y ve al almacén de la otra calle, no tenemos harina. ¿Me harías el favor?-mi madre con un tono dulce y protector tomaba mi hombro.- Ve con cuidado.

-Madre ya no soy un niño, he ido muchas veces al almacén cuando tu o papá no están. – gire la vista para salir del departamento hacia el brillante ascensor, me miré en el espejo y acomodé mi ropa, el calor de aquel día me obligaba a llevar unos pantalones cortos de jean y una playera blanca con el símbolo de una banda de rock o eso creía yo que era. Caminé hasta la entrada principal esquivando a varios hombres que movían muebles y cajas, tal vez cuando regresara con el pedido de mamá podría saber más.

Llegué hasta la tienda aliviado por el aire acondicionado que la mantenía fresca, fui hasta buscar lo que necesitaba y pasé por enfrente de las grandes heladeras de refrescos. Mamá no se enojaría si me llevaba una pequeña botella de cola, así que la saqué sin dudar. Pagué y agradecí al viejo señor que siempre me daba un dulce.

-Ya no soy un niño señor Yang.

-Te los regalo porque tu padre le salvo la vida a mi hermano.-decía siempre como si darme dulces desde los 3 años, el saldara una deuda con "el doctor Jeon."

Desde que mamá me contó que el hermano del señor Yang había sufrido un accidente y necesitó una operación urgente, sus expectativas de vida eran muy bajas, luego de ocho horas, mi padre les había devuelto la esperanza. Las personas volvían a creer, y por eso yo quería estudiar medicina.

Miré el caramelo una última vez para guardarlo en el bolsillo y disponerme a volver a casa cuando algo casi me hace caer.

-Oigan miren a quien nos encontramos con este hermoso día soleado.-reconocí esa voz al instante.- Jeon Wonwoo, casi caes, que torpe eres.

-Déjame en paz Taehyung, no tengo nada que darte hoy.-mi mano comenzaba a temblar, aquellos brabucones me perseguían hace años para golpearme.

-Entonces con esa linda tarjeta, nos compraras un helado a todos. Hace calor.-dijo en tono de burla. Me giré para verlo y desde ese lugar podía oler el olor a cigarrillos que desprendían. Dudé en que hacer y él lo vio en mi rostro. - ¿Qué te pasa Jeon? ¿No nos comprarás nada?

Di un paso hacia adelante para hacer la estupidez más grande que se me ocurrió.

-¿Tienes sed? Pues entonces toma esto.-Grite mientras le lanzaba la botella de refresco en toda la cara y comenzaba a correr hacia mi casa.

Corría como si mi vida dependiera de ello, es eso, mi vida dependía de que me metiera en casa lo más pronto posible. Cruce la esquina sin mirar el semáforo y un auto me tocó la bocina al casi atropellarme, le pedí disculpas con rápidos golpecitos en el capot de este y mirando que Taehyung y su dos no me alcanzaran.