Capítulo 10: "Para eso estoy aquí"

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Capítulo 10


Wonwoo había terminado de hacer el desayuno y se sentó en la pequeña mesa redonda que estaba en la cocina, mientras observaba como las tazas desprendían ese pequeño vapor leve. A su lado, había una ventana vertical que estaba cerrada por una cortina escandinava, el muchacho pensó que si dejaba que la luz pasara, tal vez la cocina no se viera tan lúgubre. Así que se paró y abrió para que entrara la luz dejando un hermoso paisaje de la ciudad al descubierto. emocionado, sintió que Mingyu se estaba tardando mucho pero ¿Qué debería hacer? ¿Golpear su puerta y molestarlo una vez más? ¿Y si se había quedado dormido de nuevo?

-Aish Wonwoo...-pensó para sí mismo.- ¿Qué te pasa? Es solo un muchacho. Un muchacho al cual besaste-le repitió su mente.- Y un muchacho que te importa.

Aun pesaba en la charla que tuvo con Woozi hace unos días, Mingyu no se dignaba a aparecer y encontraba a un Wonwoo en la biblioteca completamente solo hasta que llegó el pelirrosa y se sentó frente a él.

-Abres un libro, y pretendes leerlo cuando ambos sabemos que no es así.- Wonwoo se asustó.

-Jihoon-hyung.-respondió en susurros.- ¿a qué te refieres?

-Wonwoo, me considero una persona bastante directa. Ambos sabemos a qué me refiero, al parecer el grandulón risueño no se ha presentado y es miércoles. –Lo observaba directamente a los ojos- Ahorrémonos la parte en la cual te digo que si los vi besarse. –El azabache casi se ahoga con su propio aire.- Me la debes que reaccioné antes y vi rápidamente como Jeonghan y Joshua estaban en la librería. Sé que fue un accidente, pero debo decirte que esos accidentes son los que te hacen pensar, y digamos que luego de ello no sabes cómo sentirte o como se sentirá la otra persona.

-¿Por qué me dices esto?

-Porque tal vez no te diste cuenta, tal vez él tampoco lo sepa a ciencia cierta pero no hay que ser un genio para ver que lo extrañas además, niégame que no has parado de pensar en aquel suceso. ¿Me equivoco? No lo creo, si decide aparecer y te encuentras sonriendo sin motivo por su causa, será mejor que hables con él.

Wonwoo buscó entre sus pensamientos todos aquellos momentos con Mingyu. Reaccionó al encontrarse apoyado en la mesada de la cocina sonriendo como un tonto, sus brazos estaban cruzados y su estómago sentía un cosquilleo, aquel chico de su salón tenía razón. Así que no lo pensó más y era hora de ir a averiguar por qué tardaba tanto aquel muchacho alto de ojos coquetos y sonrisa blanca. ¿Alguna vez le habían dicho que sus colmillos eran lindos? Aprovecharía el momento a solas que le había dado Jihoon para poder encontrar la manera de charlar de aquél incomodo momento que lo atormentaba, estaba decidido, se encaminó por el pasillo hasta su puerta y cuando tomó el coraje necesario para hacerlo, el más alto abrió la puerta de golpe. Estaba completamente agitado, como si hubiera corrido una maratón en todo ese tiempo. Lo miró con un poco de temor ¿acaso había pasado algo?

-Venía a decirte... -se decidió por fin hablar.- Que el desayuno está listo.

-Lo sé.-Mingyu estaba raro y las piernas le alcanzaron a responder cuando el más alto lo empujó contra la dura pared de aquel pasillo. Estaba prisionero como la primera vez entre los casilleros.

-¿Qué pasa?-susurró esperando a que el reaccionara.

-Fantasma, perdóname.

No terminó de formular la pregunta en su cabeza cuando sintió cuando los labios de Mingyu apresaban los suyos, al principio solo pudo mantenerse con los ojos abiertos por la sorpresa y luego cuando sintió las manos de este tomar su rostro con tal delicadeza, comenzó a dejarse llevar, dejando a su vez que Mingyu profundizara el beso. Cuando sus barreras estuvieron completamente rotas, sintió algo más que calor, aquello era pasión, un beso plenamente apasionado, el más alto lo abrazaba contra su cuerpo y el solo podía sentir los pasos apresurados de su corazón. Tuvo que sujetarse de él o en cualquier momento sus piernas temblorosas lo harían caer. Luego de un tiempo el beso cesó en busca de aire, mientras Mingyu apoyaba su frente en la de él y lo observaba con una sonrisa de oreja a oreja, lo habían descubierto juntos. El timbre sonó cortando el sonido de sus corazones.

¡Hey GHOST!Where stories live. Discover now