Cuidaré de tí

Capítulo 3

Esa noche era noche de cita para los padres de Marinette. Antes de salir, le habían encargado a su hija hacerse cargo de cerrar la panadería, revisar el inventario y arreglarlo todo para el día siguiente. No era algo que ella hiciera por primera vez.

El procedimiento no era complicado, aunque si se llevaba algo de tiempo cuando se hacía solo. Aquella tarde también recibirían su pedido mensual de harina, el cual se le había encargado a la chica poner en su respectivo lugar.

Tras firmar por el arribo de las cajas, Marinette se dispuso a llevar las mimas adentro. No podía negarlo, eran pesadas. Al levantar tan solo la primera, logró mantenerla sobre sus hombros unos momentos, antes de que la gravedad hiciera de las suyas e intentara llevarla abajo.

Para su suerte, no estaba tan sola como pensaba...

-¡Wow! Cuidado...- escuchó decir a quien atrapaba el otro lado de la caja. Aliviada, inclinó su cabeza para agradecer a su héroe, pero cual no fue su sorpresa al ver que se trataba de uno literal.

-¿Cat?- dijo antes de mostrarle una sonrisa.- ¿Qué haces aquí?

-Pues, daba una vuelta para asegurarme de que los malos no salgan de sus escondites cuando pensé: "Hey, ¿por qué no aprovechar y ver a mi Lady?"- respondió antes de guiñar hacia ella.- Y, ¿que se supone que haces?- dijo mientras entre ambos llevaban la caja a la panadería.

-¿Creías que la vida de Ladybug era glamurosa todo el tiempo? Por que si es así, déjame decirte que estabas equivocado.- dijo ella mientras empujaba la puerta con su cadera para abrirla.

Al entrar y colocar el paquete en el suelo, Cat le echó un vistazo al lugar. No era un completo desastre, pero se veía que habían algunas cosas que limpiar y ordenar.

-Te ayudo.- ofreció con una sonrisa.

-¿Estás seguro?- preguntó ella mientras tomaba un trapo.

-Seguro. Juntos limpiamos la ciudad del crimen, estoy seguro que tendremos este lugar listo en un momento.- aseguró tomando el trapo.

Movieron algunas cajas más, limpiaron y acomodaron las mesas y organizaron alguna mercadería. Por su puesto que él no perdió la oportunidad para hacer alarde de su fuerza. En un momento intentó levantar no una caja por su cuenta, si no dos. Por su puesto que la segunda no logró moverla del suelo y Marinette tuvo que acudir para que no dejara caer la otra.

Al sacar los costales de harina de las cajas, ella los colocó como una experta, con elegancia y clase, sobre sus respectivos estantes, mientras que Cat dejó caer uno de estos en el lugar en el que ella le indicó y al chocar con el suelo, un poco de harina salió de este, manchando su máscara negra de color blanco. Marinette apenas pudo contener la risa.

Pasaban un buen rato cuando el anillo del héroe le indicó que su energía se agotaba. No había utilizado "Cataclismo" ni ningún otro tipo de poder importante, pero había perdido la noción de cuando tiempo había estado llevando el traje.

-Oh, oh.

-¿Qué sucede?- preguntó Marinette. Miró su anillo y lo entendió.- Oh, descuida. Puedo seguir con el resto por mi cuenta.

-De ninguna manera, solo necesito recargar mi miraculous. ¿Tienes algo de queso y un lugar cerrado?

-Hay una pequeña bodega para los baguettes allá atrás.- indicó ella. Cat le sonrió y entró allí, justo a tiempo antes de que su traje negro desapareciera.

-Creo que jamás habías utilizado tanto tiempo el traje de Cat Noir hasta hoy, enamorado.- le reclamó Plagg dejándos caer sobre uno de los estantes. Adrien colocó un dedo sobre sus labios ara indicarle que hiciera silencio.

-Aquí está el queso.- avisó Marinette desde afuera. Adrien abrió un poco la puerta y lo tomó.

-Gracias, mi Lady.- exclamó. Marinette se sorprendió por un momento al ver su mano descubierta asomarse para tomar el trozo de queso. Algunas veces olvidaba que bajo el traje de gato negro había una persona real igual que ella.

Sacudió su cabeza para concentrarse de nuevo. Aún quedaba algo de trabajo por hacer. Comenzó a subir las sillas sobre las mesas mientras su compañero recargaba la energía de su anillo.

-¿Sabes? Escuché por ahí que tengo competencia contigo...- dijo Adrien recostado del otro lado de la puerta mientras su kwami devoraba su bocadillo.

-¿Ah, sí?- dijo ella, extrañada por el comentario.- ¿A qué te refieres exactamente con competencia?

-Que hay alguien más que tiene tu corazón.- respondió él, aliviado de que no pudiera ver la decaía expresión que tenía en ese momento.

-¿Y dónde escuchaste eso?- preguntó ella.

-Los rumores corren rápido por las calles de París.- justificó el chico saliendo de la bodega convertido de nuevo en Cat Noir. Marinette rodó los ojos y le indicó que se acerca a una de las mesas. Al sentarse los dos, ella colocó en frente suyo un pastelillo de chocolate.

-Gracias por ayudarme con esto.- le dijo con una tierna sonrisa. Un rubor apenas visible se dibujó en las mejillas del héroe.

-¿Y bien?- preguntó tras dar el primer mordisco al postre.

-¿Qué?

-¿Puedo saber el nombre de mi rival?

-¿Para qué? ¿Para que lo secuestres y lo dejes por su cuenta la punta de la Torre Eiffel?

-No, pensaba más bien en colgarlo de cabeza por en el Arco del Triunfo.- aseguró él. Ambos soltaron a reír.

-Más te vale que no te atrevas a hacerle eso a mi Adrien.- dijo ella riendo aún. Cat estuvo a punto de atragantarse con un pedazo del pastelillo al escucharla.

-¿Adrien?- exclamó.

-Agreste.- agregó ella.- Es un chico de mi clase. Probablemente no recuerda que existo.- dijo decaída.

-Quizás no hablas mucho con él.

-Lo intento, créeme. Pero mi lengua se traba cada vez que me le acerco.- Sin que ella lo viera, él sonrió ligeramente. ¿Así que era por eso?

-No deberías preocuparte tanto.- aseguró él.- Estoy seguro de que pronto se dará cuenta de lo que sientes y las cosas serán diferentes.

-Un comentario un tanto extraño, tomando en cuenta que hablas de quien podría conquistarme. Casi pareciera que apoyas a tu "competencia".- dijo ella con una ceja alzada. Cat abrió sus ojos de par en par al percatarse de lo que había dicho.

-Yo... solo quiero que mi Lady sea feliz.- intentó arreglar.