Capítulo 6

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La rodilla de Marinette comenzaba a mejorar. El tiempo de reposo le había ayudado a sanar su articulación, más había comenzado a dañar su corazón con todo el tiempo que había tenido para pensar. Desde luego, había estado atenta a la situación de la ciudad respecto a los villanos gracias al Ladyblog de Alya. Estaba orgullosa de como su colega había sido capaz de mantenerla a salvo.

Ya que no podía patrullar París en su tiempo libre, se dedicó a ayudar a su amiga con investigación acerca de la historia de Ladybug. Tal vez hallaría algunas respuestas en el camino.

En la silenciosa biblioteca, había apilado varios libros para comenzar a leer. Tan solo le faltaba uno, pero parecía que sin su traje de puntos la suerte no estaba con ella. El libro se encontraba en un estante alto y, a pesar de que ahora poseía más mobilidad, aún le era imposible saltar o alguna otra cosa por el estilo para alcanzarlo.

-¿Necesitas ayuda?- escuchó la voz de Adrien a sus espaldas. Este se acercó a Marinette y ella pudo sentir su cuerpo contra el suyo mientras él se estiraba para alcanzar el libro.

-Muchas gracias.- murmuró ella tomándolo.

-Y, ¿qué tal tu rodilla?- preguntó él mientras caminaban hacia la mesa en la que ella tenía el resto de sus cosas.

-Bien.- dijo ella con una pequeña sonrisa.- Creo que en poco tiempo podré volver a saltar de nuevo por los tejados de París.

-¿A qué te refieres?- preguntó Adrien tratando de sonar confundido. Sabía exactamente de lo que hablaba. Marinette abrió sus ojos de par en par al darse cuenta de lo que había dicho.

-¡No! No quise decir eso. Es... solo una expresión.- agregó con rapidez.

-Claro...- dijo él rodando sus ojos al tomar asiento junto a ella.- Escucha, yo quiero disculparme por Chloe. Puede ser bastante ruda a veces.

-No tienes por qué disculparte. Esto no fue tu culpa.- aseguró ella con seriedad.

-Y, eh, ¿para qué es el libro?- preguntó él para cambiar de tema.

-Oh, estoy buscando una información para Alya.- respondió ella abriéndolo.- Habló de unos geroglíficos de Ladybug y queremos saber si ella y Cat Noir aparecen en alguna otra cultura.

-¿De verdad?- dijo él con una sonrisa, acecándose más hacia ella. Colocó su brazo tras el respaldar de la silla de Marinette y acercó su rostro al suyo, mejilla con mejilla, para ver el libro también.- ¿Qué has encontrado hasta ahora?- preguntó.

-P-Pues, creo que encontré algo en una pintura griega.- dijo indicándole la imagen en la página. En esta se podía apreciar a una versión de los héroes con las ropas de la época, con facciones bastante similares a las que ellos conocían.

-Vaya, es tan bonita como tú.- dijo Adrien con una soñadora mirada. Marinette volteó a verlo con los ojos bien abiertos y él se dió cuenta de lo que había dicho.- Es decir, es tan bonita como Ladybug.- corrigió antes de mostrar una gran sonrisa.

Adrien se unió a su búsqueda y ambos estuvieron en la biblioteca un buen rato más. Después de un tiempo, Marinette comenzaba a sentirse más relajada al rededor de él, mientras que Adrien estaba feliz de poder bromear con ella como lo hacía cuando llevaba su traje negro.

-¡Hey, creo que encontré algo!- exclamó él en un momento.

-¿Qué es?- contestó Marinette entusiasmada, olvidándose por completo de su estado al ponerse de pie y acercarse a su silla. Estuvo a punto de tropeza, pero las manos de Adrien fueron más rápidas. Rodeando su cintura la atrapó justo a tiempo. Marinette sonrió nerviosa y él la miró enternecido.

-Esto.- indicó al ayudarla a sentarse en su silla.- Creo que encontré algunas otras cosas acerca de los geroglíficos que mencionó Alya.

El escrito hablaba de la leyenda de dos héroes que protegieron al Antiguio Egipto de las fuerzas del mal. Dos imágenes mostraban a los mencionados con sus trajes de héroes y sin estos. En ambas, se encontraban juntos.

-Esto es interesante.- dijo Marinette señalando a los héroes y sus manos unidas.- Parece que se conocían aún fuera de todo su trabajo. Quizás sabían quien era el otro.

-Eso parece.- respondió Adrien. Luego volteó su mirada hacia ella.- ¿Sería eso tan malo?- preguntó. Ella lo miró también, sonrojada por la distancia tan corta que ahora los separaba. Luego bajó su mirada.

-Vaya que podría ser mal. Es peligroso.- aseguró.- Podrían ser lastimados.

-Bueno, ¿y qué tal si...? Hipotéticamente hablando, claro. Uno gustara del alter ego del otro y este a su vez estuviera enamorado de la identidad secreta del primero. Si no se conocieran mutuamente en los dos aspectos, jamás llegarían a averiguarlo. ¿No los lastimaría eso también?- propuso él.

No era una hipótesis tan alejada de la realidad y eso puso a pensar a Marinette. ¿Y si Cat Noir fuera Adrien? No, eso era imposible. Ella sabía todo acerca del muchacho. ¡Ya se habría enterado de eso!

-Pues, creo que tendrían que lidiar con eso.- respondió antes de levantarse con la ayuda de su muleta.- Creo que ya tengo mucha información, debo dársela a Alya.- dijo y comenzó a recojer sus cosas. Las ganas de investigar se habían ido.

En cuanto se alejó del chico para colocar los libros tomados en su sitio, Tikki aprovechó para acercarse a Adrien.

-¿Y ahora qué se supone que haga?- le preguntó él en un susurro al verla.

-No lo sé, pero lo que sea, será mejor que sea pronto.- contestó ella.- Marinette realmente está muy mal.

Más tarde, Marinette decidió que debía darse un tiempo lejos de todo para despejar su mente. Pensó en dar una vuelta por la ciudad, pero su estado le hizo finalmente rendirse y sentarse a descansar en una de las bancas del parque.

-Una bella tarde, ¿no es así?- escuchó decir a Cat Noir, quien se acercaba a ella con su caminado de galán. Ella sonrió lijeramente. Tikki solo golpeó su frente con frustación dentro de su cartera al escucharlo. ¿Aquello era lo mejor que se le había ocurrido?

-Hola, gatito.- saludó la chica en respuesta.- ¿Perdido?

-No precisamente.- respondió él.- Comenzaba con mi patrulla, pero creo que puedo retrasarla un poco para ponerme al día contigo.- dijo con una gran sonrisa sentándose a su lado.

-¿A patrullar, eh?- preguntó ella con una ceja alzada.- Creo que necesitarás energía entonces.- dijo sacando de su bolso un pastelillo como el que le había ofrecido tras su ayuda en la panadería. El chico dibujo mirada de alegría al verlo, como un niño al que se le ofrece un dulce.

-¿Qué haría yo sin tí, mi Lady?- dijo con una gran sonrisa se chocolate. Marinette no pudo evitar reir.

-¿Y cómo están mis miraculous?- preguntó ella.

-Jamás las alejo de mi lado.- resondió el héroe tras sacaras de su bolsillo y mostrárselas.

-Bien, por que hoy me han revisado y parace que ya mañana podré volver al trabajo.- dijo Marinette extendiendo su mano para tomarlas, pero Cat fue más veloz.

-Excelente, entonces las tendrás de regreso mañana.- aseguró con un guiño.


Cuidaré de tí Where stories live. Discover now