Capítulo 9

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Faltaban aún unos minutos para que la clase comenzara. Adrien los aprovechaba para charlar con su mejor amigo al lado de su escritorio mientras llegaba la profesora.

-Wow, mira quien está ahí.- dijo Alya a Marinette señalando al muchacho rubio al entrar a la clase.- Ahora, respira profundo. Recuerda, si no tienes nada que decirle en mente, no balbucees. Solo...

-¡Hola, Adrien!- saludó Marinette con una dulce voz acercándose a él. Alya quedó boquiabierta con la seguridad con la que había salido aquello y quedó aún más sorprendida al ver el entusiasmo con el que respondió Adrien.

-¡Hey!- respondió caminando hacia ella. Una vez que lo tuvo en frente, Marinette tuvo un ligero ataque de pánico. Hablaba con Cat Noir aún sabiendo que era él, sí. Pero tenerlo cerca como Adrien aún era algo a lo que le faltaba acostumbrarse.

Al ver su reacción, Adrien supo que él debería ser él quien tomara la iniciativa por un tiempo. Con una traviesa sonrisa en su rostro, la tomó por la cintura en un abrazo, levantándola ligeramente del suelo.

Aquello tomó por sorpresa a Marinette, pero una vez que cruzó su mirada con la suya, se relajó lo suficiente para rodear sus brazos al rededor de su cuello. Besó la punta de su naríz, cosa que hizo que el chico sonriera con sus ojos cerrados. Era feliz de recibir los afectos de la chica sin necesidad de usar su traje.

Ni hablar de las expresiones en los rostros de sus amigos. Alya y Nino se habían resignado únicamente a verlos.

-¿Y desde cuando son ustedes dos tan cariñosos?- preguntó él. Al escucharlo, ambos se separaron rápidamente.

-N-No... no sé que hablas.- respondió Adrien.

Tan solo un poco más tarde ese mismo día, una akuma hizo de las suyas en su escuela. Marientte se las arregló para encontrar a su compañero entre la multitud que corría aterrada por los pasillos. Tiró de su mano antes de que este pudiera darse cuenta de que estaba a su lado y lo llevó con ella lejos de los demás.

-¿Estás listo?- preguntó con una sonrisa.

-Siempre.- respondió él mostrando su anillo.

El dúo se hizo cargo de la akuma en un momento. Ya que ahora podían verse aún fuera de su trabajo, podían hablar más acerca de tácticas de combate.

Tras liberar a la mariposa sana, Ladybug se acercó a su compañero para chocar lo puños con él. Ambos se miraron y ella le sonrió levantando su mano. Este tardó un poco más en responer y lo hizo tras enseñarle una sonrisa un tanto forzada. Al chocar sus puños, él retiró de su brazo rápidamente.

-¿Cat?- llamó ella acercándose a él. Levantó su barbilla y pudo ver una leve expresión de dolor. Luego miró hacia abajo y se dió cuenta de que sostenía fuertemenete su hombro.- Estás herido.

-No. Estoy bien. Es solo un rasguño.- aseguró él alejándose de ella.- No es nada.

Era una clara mentira. El villano lo había empujado fuertemente contra un muro luego de que él intentara llamar su atención para que Ladybug pudiera llegar hasta el objeto de valor y liberar a la akuma. Ahora, Adrien se encontraba recostado en su cama con un fuerte dolor de cabeza, un hombro lastimado y moretones y rasguños por doquier.

Esta vez fue Ladybug quien llegó a la ventana de la habitación de su compañero. Golpeó ligeramente el cristal con sus nudillos para llamar su atención. El muchacho apenas levantó su cabeza para verla. Sonrió y se puso de pie para abrir la ventana, sosteniendo aún una bolsa de hielo.

-Con que no es nada , ¿eh?- preguntó ella al entrar. Adrien se encogió de hombros con una sonrisa.

-No quería que mi Lady estuviera preocupada.

-¿Y cómo crees que he estado desde que terminamos a esa akuma?- preguntó la heroína colocando una mano en su mejilla y cepillando su cabello hacia atrás con la otra. Fue allí cuando se dió cuenta de que también tenía un corte en la frente.

Adrien miró hacia abajo, sintiendose algo culpable, cuando vió un brillo cegador frente a él. Marinette liberó su transformación y tomó su mano, llevándolo de nuevo a descansar.

-Quédate quieto, ¿sí?- le dijo maternalmente mientras le indicaba que recostara. Él asintió mientras ella tomaba una toalla que halló y la humedecía en un recipiente con agua que tenía al lado de su cama. Con cuidado, la deslizó por su herida para limpiarla.

-Esto es alagador, mi Lady, pero debo recordarte que una patrulla nocturna te espera. El mal en París no se detendrá por un héroe lesionado.- dijo Adrien.

-Pues tendrá que hacerlo esta noche.- respondió ella sentada en la orilla de su cama colocando la toalla a un lado.- Por que ahora es mi turno de cuidar de tí.- agregó dándole un beso en su frente. Adrien cerró sus ojos. A separarse de él, notó su sonrisa agradecida y un ligero sonrojo en sus mejillas. Ella sonrió también.

-Gracias, Marinette.- murmuró viéndola a los ojos.- Pero lo preferiría aquí.- agregó con una traviesa sonrisa incorporándose un poco y deslizando una mano tras su cabeza para acercarla hacia él.

Ambos cerraron sus ojos antes de que sus labios se encontraran. Era un beso sueve y lento. Marinette dejó salir un suspiro mientras rodeaba el cuello de Adrien con sus brazos. Él trasladó su mano hacia su cintura, apegándola más a él.

Era un momento tierno hasta que el dolor regresó al brazo de Adrien al acercarla más a él. Se separó bruscamente con un gruñido. Marinette lo empujó ligeramente para que se recostara de nuevo.

-Descansa un poco.- le dijo inclinándose sobre él y acariciando su cabello.- Vendré mañana temprano para ver como sigues. ¿Está bien?

-¿Lo prometes?- preguntó él adolorido.

-Lo prometo.- respondió ella robándole un apasionado beso más.

-¡Yawk! ¿Tendré que acostumbrarme a ver esto ahora?- preguntó Plagg asqueado a la kwami de color rojo.

-Pues no se a tí, pero a mí no me molesta.- respondió ella con ojos soñadores.

Cuidaré de tí Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum