Yes daddy. ©

Chapter VIII

"La última vez que se vio fue saliendo de su trabajo"

La madre de Hannah estaba deshecha, quería a su hija y estaba haciendo lo posible por recuperarla ¿quién tendría el corazón de quitársela? 

—Señora, ¿sigue ahí?

—Han pasado más de 48 horas. No sé nada de mi hija.

—Lo primero que tenemos que hacer es calmarnos, encontraremos a su hija, lo prometo.

—¡La quiero ya! Es mi bebé. No puede estar sola allá afuera. —señaló con el dedo tembloroso hacia la ventana, otra vez rompió en llanto.

—Lo siento muchísimo, estamos para ayudarle pero nos tiene que dar información.

Se escuchó una interrupción y de pronto el teléfono murió. Le habían colgado.
Mil denuncias se habían puesto, y aún así nada se sabía. Todo era desesperante, ¿cómo puedes levantarte con el temor de que tu hija pueda estar muerta?

Mientras que Ethan se observaba en el espejo pequeño del baño, se dio cuenta que tenía un rasguño en el cuello, era bastante notorio.
No tenía la intención de darle a entender a su esposa que la estuvo engañando, ni mucho menos perdería su familia por algo así. Sabía cómo era Elizabeth, totalmente dramática en ese aspecto.

Antes de asegurarse que Hannah estaría bien, Ethan preparó las cosas. Sabía lo que le diría a su esposa y como lo tomaría. Hizo que Hannah se tranquilizara, la convenció de que probablemente vendría en la noche. Le vendó los ojos y la encadenó otra vez.
Él se libró del crimen y se duchó, se puso su traje de corte ejecutivo para finalmente salir de ahí.

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando sus oídos escucharon captar una notica en el radio.

"...esta joven fue reportada como desaparecida, no saben nada de ella y su familia está totalmente desesperada. Esperamos encontrarla, responde al nombre de Hannah..."

Bastó con escuchar ese nombre y otra vez comenzar a preocuparse por la sentencia que Ethan recibiría.